Kristine Kujath Thorp explica la naturaleza hipocondriaca de “Enferma de mí”
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — En un mundo lleno de cámaras de celulares cualquiera puede ser famoso, hasta por una desgracia, como en el caso de Signe, una joven noruega que se enferma a propósito en su búsqueda de atención.
La actriz Kristine Kujath Thorp, quien interpreta a Signe en la película noruega “Enferma de mi” (“Syk pike” en su título original) de Kristoffer Borgli, no culpó a su personaje porque muchos han recurrido a “las redes sociales para recibir ese abrazo extra o sentirte más amado, contar historias más interesantes que cuando pasan en realidad”. El filme se estrena este fin de semana en México.
Kujath Thorp tuvo que pasar por un largo proceso para obtener el personaje, por el que hizo varias pruebas y esperó un par de años.
“Yo deseaba mucho tener el papel así que me ponía de nervios”, dijo la actriz en entrevista por videollamada.
Signe se siente constantemente bajo la sombra de su novio, un artista conceptual que cada vez recibe más reconocimiento, mientras ella trabaja como barista en una cafetería. Hasta que una noche en una cena en honor a su novio le da por inventar que tiene una alergia alimentaria a las nueces que puede poner en riesgo su vida y no sólo eso, sino que se come “accidentalmente” una nuez. Al poco tiempo tiene un ataque de tos y empieza a desvanecerse.
“Esa escena fue muy divertida de hacer, porque era muy larga y como actor debes permanecer en personaje por mucho tiempo y tienes que adentrarte mucho, mucho en tu mente y estar interpretando con un ensamble más grande; toda la mesa estaba interactuando”, dijo Kujath Thorp.
Tras ver la respuesta ante su alergia, Signe piensa en provocarse una enfermedad más seria. Al ver reportajes sobre una extraña droga rusa que deja marcas en la piel, se pone en contacto con un vendedor de estupefacientes para que se la consiga.
“No tiene ninguna meta en la vida, así que ella crea esta idea enferma y va por ella. Quiere salir de la sombra y estar bajo el reflector”, dijo Kujath Thorp.
Los primeros días no tiene el resultado que pensaba, pero pronto comienza a desfigurarse y a su alrededor la gente está consternada. Signe termina en el hospital mientras los doctores tratan de descubrir cuál es su misteriosa enfermedad.
Todo sería muy diferente si esta historia ocurriera en América, con sistemas de salud como en Estados Unidos o México, en los que el acceso a la atención médica hospitalaria no está garantizado y puede ser extremadamente costoso.
Un panorama distinto al del sistema de salud en Noruega. “Este es un proyecto gratuito para Signe, paga un poco por las píldoras, pero fuera de eso es todo gratis, así que se puede enfermar tanto como quiera”, dijo Kujath Thorp. “Eso es el asunto con Signe, que no tiene ningún problema, realmente no tiene problemas, son tan pequeños, así que tiene que inventar el problema para sentir que tiene un propósito en la vida; eso es extremadamente triste”.
En algún momento Signe, ya estando “enferma”, tiene sexo con su novio y se imagina cómo sería su funeral. Lo ve como un evento muy exclusivo, al que sólo se puede acceder con invitación. En México esto puede no saltar tanto pues la gente está acostumbrada a expresar sus últimos deseos para cuando mueran, pero en Europa es diferente.
“Definitivamente es bastante impactante para muchos europeos esa escena, no hablamos tanto sobre la muerte”, dijo Kujath Thorp, quien ganó el premio de los críticos de cine de Dublín a la mejor actriz por su interpretación. “No hablamos para nada de eso”.
En sus charlas con Borgli sobre las motivaciones de Signe, Kujath Thorp descubrió algo que es común en la sociedad.
“Lo extremadamente enfocada que se ha vuelto nuestra sociedad en tener atención”, dijo. “Hemos pasado de ser conocidos por algo en lo que eres bueno, a ser conocidos por cualquier cosa, puede ser un comentario impactante, puede ser la forma en la que te ves, lo enfermo que estás (...) Supongo que siempre ha sido así, que la gente quiere atención y quiere ir a extremos para tener la atención, pero con las redes sociales y el ritmo rápido en el que vivimos son un motor para impulsar esta búsqueda extrema de atención”.