Contra todo pronóstico, las pocas vaquitas marinas restantes se aferran a la supervivencia
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Contra todo pronóstico, el puñado de vaquitas marinas restantes se aferran a la supervivencia en su único hábitat en el Golfo de California, México, de acuerdo con el reporte de una nueva expedición de investigación dado a conocer el miércoles.
Los expertos que participaron en la expedición calculan que avistaron entre 10 y 13 de las pequeñas y elusivas marsopas durante las casi dos semanas que pasaron en la región el mes pasado.
La cifra es similar a los avistamientos de la última expedición de este tipo, realizada en 2021. Debido a su pequeño tamaño y elusividad, muchos de los avistamientos se consideran probables o factibles. Estos ejemplares también emiten chasquidos que se escuchan con dispositivos de control acústico.
Expertos de México, del grupo de conservación Sea Shepherd y de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA por sus iniciales en inglés), señalaron que vieron al menos una y probablemente dos crías, lo que aumenta la esperanza de supervivencia del mamífero marino más amenazado del mundo.
Añadieron que podría haber más vaquitas, ya que la expedición cubrió apenas una parte de su hábitat en el golfo, también conocido como mar de Cortés. La vaquita marina no habita en ningún otro lugar, y la especie no se puede capturar, mantener o criar en cautiverio.
Pero es demasiado pronto para celebrar. Las redes agalleras ilegales han atrapado y causado la muerte de vaquitas durante décadas. La población ha disminuido drásticamente de los casi 600 ejemplares que había en 1997.
Los pescadores colocan las redes para la captura de totoaba, un pez cuya vejiga natatoria es considerada un manjar en China y cuyo precio puede alcanzar los miles de dólares por kilo.
Aunque el gobierno mexicano ha realizado algunas labores para frenar la pesca con redes —como hundir bloques de hormigón con ganchos para remover las redes— los pescadores aún parecen ir un paso adelante, ingresando a diario a la zona protegida para pescar e incluso saboteando las labores de vigilancia.
De acuerdo con el reporte, “algunos o varios pescadores han comenzado a retirar los dispositivos acústicos (CPOD) utilizados para registrar los chasquidos de la vaquita. Los datos registrados en cada dispositivo se pierden, y es costoso reemplazar los CPODs robados”.
“A menos que se aplique la prohibición de pesca con redes agalleras y se detenga el robo de equipos, la monitorización acústica no podrá colectar datos como se ha hecho en el pasado”, señala el reporte.
La investigadora Barbara Taylor pidió a México que hunda más bloques de hormigón para retirar las redes, debido a que algunas de las vaquitas fueron vistas fuera de la zona protegida.
La expedición se llevó a cabo del 10 al 26 de mayo y recorrió un rincón del golfo donde las pocas vaquitas restantes fueron vistas por última vez.
Alex Olivera, representante en México del Centro para la Diversidad Biológica, dijo que “esta es una noticia alentadora y demuestra que las vaquitas son sobrevivientes. Pero aún necesitamos esfuerzos urgentes de conservación para salvar a estas pequeñas marsopas de la extinción.”
Olivera, que no formó parte de la expedición, estimó que “incluso en un hábitat libre de redes de enmalle, la población tardará unos 50 años en volver a donde estaba hace 15 años”, y añadió que “necesitamos que México cumpla urgentemente la normativa vigente para evitar que la vaquita desaparezca para siempre.”
El gobierno del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se ha negado en buena medida a gastar dinero para compensar a los pescadores por mantenerse fuera del refugio de la vaquita y dejar de usar redes agalleras, o monitorear su presencia o las zonas de lanzamiento de redes.
Sea Shepherd ha estado trabajando en el golfo junto con la Marina mexicana para desalentar la pesca ilegal en el área conocida como la zona de “tolerancia cero”, en donde supuestamente no se permite la pesca. Sin embargo, a menudo se ven barcos de pesca ilegal en la zona, por lo que México ha sido incapaz de detenerlos por completo.
Pritam Singh, presidente de Sea Shepherd, dijo que las patrullas con la Marina mexicana redujeron en 2022 el número de horas que los barcos de pesca pasan en la zona restringida en un 79%, en relación con el año anterior.
La última expedición de avistamiento de vaquitas, en 2021, arrojó entre 5 y 13 avistamientos probables, una disminución con respecto a la expedición anterior en 2019.
La propia pesca ilegal ha obstaculizado los cálculos de población en el pasado.
Según un informe de expertos publicado en 2022, tanto los estudios de 2019 como los de 2021 “se vieron obstaculizados por la presencia de muchos barcos de pesca ilegal con redes de enmalle en el agua. Algunos días no se pudieron inspeccionar algunas zonas debido a la densidad de la pesca ilegal”.
Los esfuerzos de protección del gobierno han sido desiguales, en el mejor de los casos, y a menudo también se enfrentan a la oposición violenta de pescadores locales.