El ejército sudanés abandona las conversaciones con su rival paramilitar
EL CAIRO, Egipto (AP) — El ejército de Sudán ha suspendido su participación en las conversaciones con una fuerza paramilitar con la que combate desde hace semanas en el país en el nordeste de África, según indicó el miércoles un vocero militar.
La noticia era un golpe para Estados Unidos y Arabia Saudí, que han estado mediando entre los dos bandos.
La decisión era una protesta por las “reiteradas violaciones” al cese el fuego humanitario por parte de las Fuerzas de Apoyo Rápido, como su ocupación continuada de hospitales y otra infraestructura civil en la capital, Jartum, indicó a The Associated Press el brigadista Nabil Abdalla.
Sudán se hundió en el caos tras el estallido de los combates a mediados de abril entre el ejército, liderado por el general Abdel-Fattah Burhan, y las FAR, comandadas por el general Mohammed Hamdan Dagalo.
Al menos 866 civiles han muertos en los combates y miles más han resultado heridos, según el Sindicato de Médicos de Sudán, que contabiliza las bajas civiles. La cifra real podría ser mucho mayor, señaló el grupo médico.
El ejército quiere asegurarse de que los términos de la tregua “se implementan por completo” antes de negociar más temas, añadió el vocero militar, que no dio más detalles.
No había comentarios inmediatos de Arabia Saudí o Estados Unidos, que han mediado en las conversaciones entre los dos bandos. Por ahora se han declarado siete periodos de alto el fuego, todos los cuales han sido violados en mayor o menor medida.
En respuesta a la decisión del ejército, las FAR dijeron que “apoyan de forma incondicional la iniciativa saudí y de Estados Unidos”.
Otros dos mandos militares dijeron que el ejército había escrito a mediadores saudíes y estadounidenses para detallar lo que describieron como infracciones de las FAR. Señalaron que la delegación militar seguía en el recinto de las conversaciones en la ciudad costera saudí de Yeda.
Uno de los oficiales dijo que la decisión se debía a los esfuerzos de los mediadores de pasar a la siguiente fase de las negociaciones sin “aplicar por completo los términos” del cese el fuego humanitario. Esa fase incluye un alto el fuego de largo plazo y entablar negociaciones para resolver las disputas entre los dos bandos, añadió.
Los dos oficiales hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a informar a los medios.
El ejército publicó el martes imágenes que mostraban a Burhan pasando revista a tropas. El general advirtió que sus fuerzas recurrirían a la “plena fuerza letal” si las FAR “no atienden la voz de la razón”. El video también mostraba aeronaves militares sobrevolando la capital.
Por su parte, los residentes reportaron enfrentamientos el martes en zonas de Jartum y la vecina ciudad de Omdurman.
Los dos bandos se acusaron mutuamente de violar el alto el fuego.
Ambos grupos habían acordado dos días antes ampliar el endeble cese el fuego durante cinco días más, ante la impaciencia de Washington y Riad por las persistentes violaciones a la tregua.
En un comunicado conjunto el domingo, Estados Unidos y Arabia Saudí reprocharon a los dos bandos una serie de infracciones concretas de la tregua de una semana, en lugar de renovar su petición genérica de que se respetaran los acuerdos.
El comunicado señaló que el ejército había continuado los ataques aéreos, mientras que la RSF seguía ocupando viviendas particulares y confiscando propiedades. También reportó robos de combustible, dinero, material de ayuda y vehículos de un convoy humanitario, señalaron, registrados tanto en las zonas controladas por el ejército como por el grupo paramilitar.
La violencia ha causado destrucción generalizada en zonas residenciales en Jartum y la vecina Omdurman, así como en Bahri. La población denunció asaltos y saqueos en sus viviendas, la mayoría de las FAR. Muchos publicaron fotos y videos de sus viviendas saqueadas en redes sociales y condenaron el pillaje.
El conflicto también ha convertido Jartum y otras zonas urbanas en campos de batalla y obligado a unos 1,4 millones de personas a huir de sus hogares a zonas más seguras dentro de Sudán o en países vecinos.
Gobiernos extranjeros se apresuraron al inicio de los combates a evacuar a sus diplomáticos y ciudadanos, mientras miles de residentes extranjeros trataban de salir de la nación africana.