Reporte ONU: Masacre en aldea de Mali dejó al menos 500 muertos
DAKAR, Senegal (AP) — Las fuerzas de seguridad de Mali, respaldadas por soldados extranjeros, habrían matado a al menos 500 personas en el transcurso de varios días en una aldea el año pasado, dijo Naciones Unidas el viernes, elevando significativamente la cifra de víctimas mortales de la que ya se consideraba la peor atrocidad en la larga lucha del país contra los grupos extremistas.
El nuevo reporte de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU detalla la violencia registrada en la localidad de Moura, en el centro de la nación africana, durante cinco días y eleva el conteo anterior de 300 muertos ofrecido por Human Rights Watch.
El alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Turk, dijo que las conclusiones eran “extremadamente inquietantes”.
“Las ejecuciones sumarias, las violaciones y las torturas durante los conflictos armados equivalen a crímenes de guerra y podrían, según las circunstancias, equivaler a crímenes de lesa humanidad", agregó Turk.
Las autoridades malienses habían señalado que su operación de marzo del año pasado neutralizó a extremistas y no permitió la visita de investigadores de la ONU a la aldea. Los investigadores analizaron imágenes satelitales y hablaron con víctimas y testigos, explicó el reporte.
Francia y otros países denunciaron que las fuerzas malienses en Moura contaron con la ayuda de mercenarios rusos del Grupo Wagner. En el informe de la ONU, los investigadores citan pruebas similares de participación extranjera.
“Los testigos declararon haber visto ‘hombres blancos armados’ que hablaban un idioma desconocido operando junto a las fuerzas malienses y, a veces, parecían supervisar las operaciones”, indicó la oficina de la ONU. “Según los testigos, las tropas malienses entraban y salían de Moura a diario, pero los extranjeros se quedaron durante todo el operativo".
A pesar de contar con la ayuda del ejército francés y con una gran misión de paz de la ONU durante nueve años, Mali ha sido incapaz de erradicar la violencia de los grupos extremistas islámicos. En agosto de 2020, un coronel del ejército derrocó al presidente elegido democráticamente, lo que desestabilizó aún más al país de África Occidental.