Corte iraní reclama suma millonaria a EEUU entre tensiones

DUBÁI, Emiratos Árabes Unidos (AP) — Una corte iraní falló a favor de reclamar 312,9 millones de dólares a Estados Unidos por un ataque reivindicado por el grupo Estado Islámico en Teherán, según indicaron las autoridades el miércoles, en un nuevo proceso judicial entre dos países enfrentados desde hace décadas.

La agencia estatal de noticias IRNA, que informó sobre la decisión, no ofreció pruebas directas que respalden la acusación de la corte de que funcionarios estadounidenses participaron en el ataque de junio de 2017 que mató al menos a 18 personas y dejó otros 50 heridos. En el ataque, hombres armados atacaron el mausoleo del ayatolá Rujolá Jomeini y el parlamento del país, lo que dio inicio a un asedio de varias horas.

El fallo se conocía después de que el máximo tribunal de Naciones Unidas rechazara en marzo la solicitud de Teherán de liberar hasta 2.000 millones de dólares en activos del Banco Central iraní congelados por las autoridades estadounidenses. Entre tanto, jueces estadounidenses han emitido fallos que reclaman a Irán el pago de miles de millones de dólares por ataques vinculados con Teherán, así como por la detención de personas en Irán que fueron utilizadas como moneda de cambio en negociaciones entre los países.

El Departamento de Estado de Estados Unidos no respondió de inmediato a una petición de comentarios el miércoles.

El reporte de IRNA indicó que la demanda iba dirigida, entre otros, contra el gobierno estadounidense, los expresidentes George W. Bush y Barack Obama, la CIA, el Comando Central del ejército estadounidense y el Tesoro. El caso fue presentado ante la Oficina 55 de la Corte de Justicia de Teherán por las familias de tres fallecidos en el ataque de junio de 2017.

“Los motivos para atribuir estos crímenes a Estados Unidos (...) se basan en el papel central y principal del gobierno y funcionarios de ese país en organizar y dirigir a grupos terroristas”, indicó el reporte, que citó “noticias fiables” y discursos no especificados de funcionarios estadounidenses como pruebas.

Durante su campaña presidencial de 2016, Donald Trump describió a Obama como “fundador” del grupo Estado Islámico. Aunque más tarde dijo que sus palabras eran “sarcasmo” por la decisión de Obama de retirar las tropas de Irak, defensores de las teorías de la conspiración en Oriente Medio, incluido el líder supremo de Irán, se apropiaron de esas declaraciones.

El grupo Estado Islámico, una formación extremista suní surgida de una escisión de Al Qaeda en Irak, declaró un califato en el amplio territorio que controlaba en Irak y siria en 2014. Una coalición liderada por Estados Unidos, y por otro lado fuerzas chiíes aliadas con Irán terminaron por expulsar a los extremistas, que ganaron fama por sus macabros asesinatos de prisioneros y ataques en el extranjero.

El ataque de junio de 2017 en Teherán era la primera ocasión en la que extremistas del grupo, conocido por su acrónimo ISIS, lograba penetrar en la vigilada Irán y perpetrar un gran ataque. El suceso conmocionó a Teherán, que en su mayor parte había evitado los ataques milicianos en las décadas desde la accidentada época de la Revolución Islámica de 1979. Irán ejecutó a ocho hombres condenados por el ataque un año más tarde.

Desde la revolución se han presentado varios casos en cortes estadounidenses contra Irán, en especial por ataques como el atentado de 1983 contra la embajada estadounidense en Beirut que mató a 63 personas. Una ley estadounidense de 1996 permite a los estadounidenses demandar a naciones identificadas por el gobierno estadounidenses como impulsoras del terrorismo, como Irán, por daños sufridos en actos milicianos asociados a esas naciones. Otros han demandado por encarcelamientos injustos en Teherán, como el periodista del Washington Post Jason Rezaian.

La decisión de la corte anunciada el lunes se conocía en medio de fuertes tensiones entre Washington y Teherán por el programa nuclear iraní, que enriquece uranio más cerca de concentraciones para armamento bajo una menguante supervisión de inspectores internacionales.

Irán también seguía sintiendo los efectos de una violenta campaña de represión tras la muerte en septiembre de Mahsa Amini, de 22 años, que había sido detenida por la policía de la moral del país.

La justicia iraní admitió el miércoles que dos reporteros que informaron sobre la muerte de Amini, Niloufar Hamedi y Elham Mohammadi, habían sido acusados de colaborar con Estados Unidos, actuar contra la seguridad nacional y crear “propaganda contra el sistema”. Casi 100 periodistas han sido detenidos durante las manifestaciones de protesta, según el Comité para Proteger a Periodistas, con sede en Nueva York.

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El periodista de Associated Press Amir Vahdat en Teherán, Irán, contribuyó a este despacho.

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Jon Gambrell está en Twitter como www.twitter.com/jongambrellAP.

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