Cuba: Asamblea elige presidente con economía como prioridad
LA HABANA (AP) — Cuando asuman el miércoles los nuevos 470 diputados de la Asamblea Nacional de Cuba tendrán como primera tarea principal designar al presidente de la república y muchos descuentan que el actual gobernante Miguel Díaz-Canel obtendrá un segundo mandato.
En el ámbito nacional, el desabastecimiento de alimentos y medicinas, la lenta recuperación tras la pandemia en sectores estratégicos como el turismo, la crisis energética y una emigración récord son los desafíos para el nuevo periodo presidencial. Hacia afuera, y con implicaciones en la isla, el tema de las sanciones de Estados Unidos se mantendrá como un tema prioritario.
Algunos críticos señalan que las cosas no cambiarían si Cuba mantiene el modelo político y económico, sin embargo, las autoridades insisten -y el propio Díaz-Canel lo ha hecho explícito- en que no habrá cambios en el sistema socialista bajo la tutela del poderoso Partido Comunista de Cuba (PCC), el único legal en la isla, y con la empresa estatal como eje del desarrollo.
“Al ser electo en el 2018 el país tenía esperanzas de cambios políticos y económicos. Sin embargo, la apuesta (de Díaz-Canel) fue considerarse abanderado del continuismo”, explicó a The Associated Press el analista y abogado cubanoamericano residente en Washington, Luis Carlos Battista. “El presidente, a cinco años de haber sido ratificado por la Asamblea Nacional (el Parlamento), aún no ha logrado trasladar al público una idea de progreso”.
Fue en abril de ese año cuando Díaz-Canel se convirtió en el primer cubano en seis décadas que no llevaba el apellido Castro en asumir la dirección del Estado tras la salida del poder del exgobernante Raúl Castro y el deceso de su hermano Fidel Castro en 2016.
En 2019 Díaz-Canel volvió a jurar el cargo bajo la nueva constitución que le permite reelegirse por cinco años y por única vez. Su eslogan entonces fue “somos continuidad”, un mensaje sobre el rumbo político que comenzó con el triunfo de la revolución en 1959.
Desde 2021, este ingeniero de profesión de cabello entrecano y hablar pausado que cumplirá 63 años el 20 de abril -y que llegó al poder ascendiendo cada peldaño comenzando como profesor universitario en su natal provincia de Villa Clara-, se convirtió además en el primer secretario del PCC.
Durante su mandato tuvo varios traspiés: la caída de un avión de pasajeros en La Habana, el paso de varios ciclones, un inusual tornado, una explosión en un hotel cinco estrellas y el incendio del principal centro de almacenaje de combustible de la isla. También el impacto de la pandemia de COVID-19 y su consecuente paralización productiva, así como el endurecimiento de la política de Estados Unidos por parte del expresidente Donald Trump que, salvo matices, continuó su sucesor Joe Biden.
Según cifras oficiales las pérdidas provocadas por las sanciones estadounidenses ascendieron a unos 3.800 millones de dólares entre agosto de 2021 y febrero de 2022 lo que, de acuerdo con el canciller Bruno Rodríguez, le hubiera valido a la isla un crecimiento del 4,5% de su Producto Interno Bruto (PIB) en dicho período.
En julio de 2021 Díaz-Canel enfrentar enfrentó las primeras protestas en al menos dos décadas con el saldo de un muerto, tiendas vandalizadas y automóviles destruidos. Los manifestantes, sin un liderazgo claro pero fogueados desde las redes sociales –el gobierno acusó a Estados Unidos y grupos de interés de Florida de estar detrás- demandaban mejoras económicas, abastecimiento y hasta algunos cambios políticos.
En octubre de 2022 Díaz-Canel volvió a contener reacciones callejeras debido a los constantes cortes de luz agravados por el paso de un ciclón. Las detenciones y el juzgamiento de unas 790 personas por las protestas de 2021 le costaron duras críticas de organismos internacionales y gobiernos extranjeros.
Entre los aciertos de su gestión estuvo el desarrollo de las dos primeras vacunas latinoamericanas contra el COVID-19, que pusieron a salvaguarda a la población cubana en medio de la pandemia.
Pero la economía se vino a pique.
En 2020 el PIB cayó 11%, en 2021 apenas creció 1,3% y el año pasado el incremento fue de 2%. También cayeron los ingresos por turismo, hubo una baja en la producción de alimentos y bienes manufacturados y los niveles de exportaciones, así como jornadas críticas con una cobertura de apenas el 40% de la demanda eléctrica en todo el país.
La inflación se disparó -de enero a octubre de 2022 fue de 40% aunque podría ser mucho más si se considera el mercado negro, el único lugar para conseguir algunos productos-, una reforma monetaria terminó por ocasionar pérdidas en el poder adquisitivo de los salarios, la canasta básica alcanzó una cifra récord y el dólar se fijó en 24 pesos oficialmente pero en la calle -donde realmente se consigue- se paga unos 180 pesos.
En las últimas semanas la falta de combustible obligó a los choferes a realizar largas filas.
“El panorama es bastante desolador”, dijo a AP Michael Shifter, miembro de la organización Diálogo Interamericano y profesor adjunto de la Universidad de Georgetown cuando se le preguntó por el escenario que se le abrirá a Díaz-Canel, o a quien sea elegido el miércoles. “Su desafío principal será activar la economía”.
“El sistema energético ha colapsado. El nivel de malestar ha subido de manera dramática, la emigración está entre sus puntos más altos históricamente. Es llamativo que el número de nacimientos en la isla ha bajado”, agregó Shifter.
Cuba vio partir hacia Estados Unidos a unos 330.000 isleños entre octubre de 2021 y diciembre de 2022, una cantidad récord a la que deben sumarse quienes salieron a Europa y otros destinos de América Latina.
El propio Díaz-Canel hizo una fuerte autocrítica en diciembre y expresó su “insatisfacción personal” por no haber podido mejorar la situación económica. Pero aunque habló de la necesidad de más flexibilidad económica, rechazó cambios radicales de rumbo político. “Me niego a la satanización del socialismo, porque el socialismo es, en esencia, un sistema orientado a conquistar la mayor justicia social posible”.
En política exterior los expertos reconocen que un relajamiento de las sanciones de Estados Unidos ayudaría a mejorar la situación financiera de la isla, pero admiten que esto no se avizora en el horizonte inmediato.
“No soy optimista, es irrelevante lo que haga Cuba" en materia de gestos para contentar a Washington que demandó, por ejemplo, la liberación de los condenados por las manifestaciones de julio de 2021, comentó a AP el exdiplomático cubano Carlos Alzugaray. "Hay una presión tremenda al interior del gobierno norteamericano donde determinados actores presionan mucho para que se mantenga esta política cruda”.
Esto obligaría a la isla, agregó, a avanzar por sí misma con las reformas que sean necesarias para salir adelante.
Díaz-Canel “ha llevado el peso del disgusto, de la molestia o la impopularidad que causa el problema económico”, dijo Alzugaray, para quien la prioridad de un nuevo mandato suyo o de quien esté al frente de la isla pasa por ordenar la situación financiera. “La agenda de desafíos está llena”. -------- Andrea Rodríguez está en Twitter como www.twitter.com/ARodriguezAP