Gran Bretaña: plan contra migración bordea el límite legal
LONDRES (AP) — El gobierno británico indicó el martes que está dispuesto a enfrentar impugnaciones legales relacionadas con los derechos humanos a una nueva ley que pretende impedir que decenas de miles de migrantes lleguen cada año al país en pequeñas embarcaciones por el Canal de la Mancha.
La secretaria del Interior, Suella Braverman, dijo que el gobierno “bordea los límites del derecho internacional” con una ley que prohíbe las solicitudes de asilo de cualquiera que llegue a Gran Bretaña de forma no autorizada, y forzará al gobierno a detener y deportar a esas personas “a su país de origen o un tercer país seguro”. Tendrían prohibido volver a entrar en el país para siempre.
“Si usted entra ilegalmente a Gran Bretaña, será detenido y retirado rápidamente", dijo Braverman a los legisladores de la Cámara de los Comunes al presentar la “Iniciativa de Migración Ilegal” del gobierno.
Pero los detractores señalan que la medida no es ética ni funcional, ya que las personas que huyen de conflictos armados y persecuciones no pueden ser enviadas de regreso a sus países de origen, y es probable que sea la más reciente de una serie de promesas incumplidas en materia migratoria por parte de gobiernos británicos sucesivos.
“No hay nada justo, humano o incluso práctico en este plan, y sinceramente es escalofriante ver a los ministros intentar retirar las protecciones a los derechos humanos de los grupos de personas a las que han elegido como chivos expiatorios de sus propios fracasos”, dijo Steve Valdez Symonds, de Amnistía Internacional.
La agencia de las Naciones Unidas para los refugiados instó a los legisladores británicos a reconsiderar el plan, diciendo que sería una “clara violación a la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados” y equivaldría a una “prohibición al asilo”.
El gobierno dice que la nueva ley, una vez aprobada por el Parlamento, disuadirá a los migrantes y asestará un golpe a los grupos de traficantes que envían a personas desesperadas en peligrosas travesías por una de las rutas navieras más transitadas del mundo.
El primer ministro Rishi Sunak dijo que la ley “recuperará el control” de la frontera británica, una promesa clave de la exitosa pero divisiva campaña para sacar a Gran Bretaña de la Unión Europea.
“La situación actual no es ni moral ni sostenible”, dijo en una conferencia de prensa desde un podio que tenía la leyenda: “Detengan los botes”.
“Si no podemos detener las embarcaciones, nuestra capacidad de ayudar a los verdaderos refugiados en el futuro se verá restringida”, agregó.
La iniciativa pide que las personas que lleguen en botes sean detenidas durante 28 días y posteriormente se les deporte. Las únicas excepciones serán para los menores de edad, aquellos que sean médicamente incapaces de volar y las personas en riesgo de sufrir daños graves y con pocos fundamentos para presentar apelaciones. Los migrantes que sean víctimas de tráfico de personas no podrán usar las leyes británicas contra la esclavitud moderna para evitar la deportación.
Braverman reconoció que es probable que la iniciativa “robusta y nueva” enfrente impugnaciones. Señaló que “confía” en que sea compatible con las obligaciones internacionales de Gran Bretaña con respecto a las convenciones para los refugiados y los derechos humanos, pero reconoció en una misiva enviada a legisladores conservadores que existe una posibilidad mayor al 50% de que no lo sea.
Enver Solomin, director de la organización de beneficencia Refugee Council, dijo que el gobierno británico “de hecho se está comportando como esos países que muestran menosprecio por las convenciones internacionales de derechos humanos, como Myanmar, Rusia y Bielorrusia”.
Gran Bretaña recibe menos solicitantes de asilo que algunos países europeos como Italia, Alemania o Francia. Pero miles de migrantes de todo el mundo viajan cada año al norte de Francia con la esperanza de arribar a territorio británico, atraídos por lazos familiares, la lengua inglesa o la impresión de que resulta sencillo encontrar un empleo.
La mayoría intenta cruzar en lanchas y otras embarcaciones pequeñas ahora que las autoridades han redoblado la vigilancia de otros métodos como viajar de polizón en autobuses o camiones.