México: presidente desestima marcha contra reforma electoral
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — El debate generado en México por la reforma electoral escaló el lunes ante las duras críticas que hizo el presidente del país, Andrés Manuel López Obrador, contra los promotores de la multitudinaria protesta convocada contra un paquete de leyes que ha avivado los temores de que el árbitro electoral mexicano pueda perder la independencia que ha sido clave para poner fin al unipartidismo.
“No les importa la democracia, sino lo que quieren es que continúe el predominio de una oligarquía, un gobierno de los ricos”, afirmó el lunes López Obrador al cuestionar a los convocantes y dirigentes opositores que asistieron a la movilización del fin de semana, a los que llamó conservadores, “antidemocráticos” y “delincuente de cuello blanco”.
Durante su conferencia matutina, el gobernante dedicó más de media hora de su espacio para mostrar fotografías de algunos de los opositores y exfuncionarios que participaron en la concentración que se realizó la víspera en el Zócalo de la Ciudad de México, la plaza principal de la capital frente al palacio de gobierno y la Suprema Corte de Justicia.
La protesta fue contra la reforma de un paquete de leyes que aprobó la semana pasada la mayoría oficialista del Congreso, con el apoyo de sus fuerzas aliadas.
“La mayoría han participado en los gobiernos anteriores, han sido, como dije, defensores de los fraudes electorales, han formado parte de la corrupción en México, han pertenecido al narcoestado”, señaló el gobernante contra los organizadores de la protesta y dirigentes opositores.
Vinculó a algunos de ellos al exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, que fue declarado culpable la semana pasada en Estados Unidos de aceptar cuantiosos sobornos para proteger a cárteles del narcotráfico.
En tono irónico, admitió que durante la manifestación “se incrementaron los robos de cartera en el Zócalo, pero eso es intrascendente, imagínense con tanto delincuente de cuello blanco reunido”.
López Obrador atribuyó a una “mentira” de sus adversarios que la reforma electoral que impulsó busque afectar la democracia mexicana y sostuvo que “ellos son en esencia antidemocráticos”.
Sobre la cifra de participantes en la movilización, el mandatario dijo que acudieron entre 80.000 y 100.000 personas, aunque algunos opositores y organizadores sostienen que asistieron unas 500.000 personas.
“Tienen que mover más gente todavía”, expresó el mandatario al desestimar la concentración y agregó que los que se manifestaron el domingo en la capital representan “una vanguardia” y una “élite” de los sectores conservadores de México que estimó en unas 25 millones de personas.
La reforma electoral, que entrará en vigencia luego de que se publique en el Diario Oficial de la Federación, reducirá la estructura y personal del Instituto Nacional Electoral y limitará las facultades de supervisión del organismo electoral y sanción de los partidos y candidatos que no reporten los gastos de campaña.
Los cambios a la ley electoral atrajeron el domingo la atención del gobierno de Estados Unidos. El subsecretario de Estado de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, Brian A. Nichols, dijo en un mensaje de su cuenta de Twitter que en México se veía un gran debate sobre reformas electorales que “ponen a prueba la independencia de instituciones electorales y judiciales”.
“Estados Unidos apoya instituciones electorales independientes que tienen recursos para fortalecer procesos democráticos y estado de derecho”, señaló Nichols.
Por su parte, el vocero del Departamento de Estado, Ned Price, dijo el lunes a la prensa que Washington respeta la soberanía de México, pero afirmó que un sistema electoral independiente y bien dotado de recursos y el respeto a la independencia judicial respaldan a una “democracia saludable”.
La reacción de López Obrador no generó sorpresa entre los analistas que apuntaron al estilo confrontativo que ha mantenido durante su sexenio -que se inició en el 2018- y al que atribuyen la polarización en México.
Rubén Salazar, director la firma local Etellekt Consultores, que se dedica al diseño de estrategias de comunicación, análisis de riesgos y políticas públicas, dijo a The Associated Press que el gobernante con su discurso está “ejerciendo presión” sobre la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ésta deberá decidir próximamente sobre los recursos judiciales de activistas y opositores y otras acciones que la directiva del Instituto Nacional Electoral (INE) espera presentar en los próximos días para tratar de detener la reforma.
Sobre la repercusión de la manifestación del domingo, considerada una de las más grandes de la legislatura, Salazar se mostró escéptico. La “falta de un liderazgo en la oposición impide defender a todas estas instituciones como el INE y la Suprema Corte de la embestida del presidente”, afirmó.
El analista planteó que la oposición se equivoca al recurrir a “los viejos liderazgos muy desgastados” y no proponer un mensaje político que incluya a los estratos más pobres de la sociedad, como sí lo hace frecuentemente López Obrador.
El mandatario ha centrado sus ataques contra el INE alegando que gasta mucho dinero, que los directivos tienen sueldos elevados y que debería invertirse en los pobres. Las elecciones mexicanas son costosas según los estándares internacionales, en parte debido a que casi todo el financiamiento legal de campaña, por ley, es suministrado por el gobierno. El INE también emite credenciales de votación que son la forma más común de identificación oficial en México y supervisa los comicios en regiones remotas y, por lo general, peligrosas del país.
Tyler Mattiace, investigador que cubre México en la división de las Américas de Human Rights Watch, afirmó que era “decepcionante” y “absurdo” que López Obrador haya impulsado una reforma electoral para cambiar una de las pocas cosas que, aseguró, ha funcionado durante la transición democrática en México como lo ha sido la conformación de un árbitro electoral confiable, que ayudó a romper con décadas del dominio del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
“Es preocupante que todo esto sucede justo antes de las elecciones (presidenciales) del 2024 en un contexto en donde el presidente ha mostrado muy poca tolerancia por personas que no concuerdan con él”, sostuvo Mattiace al reconocer esa situación derivará en “menos certidumbre” sobre los resultados de los próximos comicios.
López Obrador mantiene un respaldo popular que ronda 60%, según las principales encuestadoras locales. Si bien no puede postularse a la reelección, su partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) es el favorito en los comicios generales del próximo año mientras la oposición luce muy debilitada, situación que se ha acentuado por sus divisiones y falta de liderazgo. ____
La periodista de AP Gisela Salomón contribuyó a esta nota desde Miami.