La moneda iraní cae a mínimos históricos
DUBAI (AP) — La moneda iraní cayó a un nuevo mínimo histórico el domingo a 600.000 riales por dólar debido a que los efectos de las protestas antigubernamentales en todo el país y la ruptura del acuerdo nuclear de 2015 siguen afectando a la economía.
Los iraníes han formado largas filas frente a las casas de cambio en los últimos días, con la esperanza de adquirir dólares cada vez más escasos. Muchos han visto evaporarse los ahorros de toda su vida a medida que la moneda local se ha deteriorado. La inflación fue de 53,4% en enero, frente al 41,4% de hace dos años, según el centro de estadísticas de Irán.
Las terribles condiciones económicas han contribuido a la ira generalizada contra el gobierno, pero también han obligado a muchos iraníes a centrarse en llevar comida a la mesa en lugar de participar en un arriesgado activismo político en medio de una feroz represión de la disidencia.
El rial se cotizaba a 32.000 por dólar cuando Irán firmó el acuerdo nuclear de 2015 con las potencias mundiales. El acuerdo levantó las sanciones occidentales a cambio de límites estrictos de las actividades nucleares iraníes.
El acuerdo se deshizo cuando el entonces presidente Donald Trump retiró unilateralmente a Estados Unidos y restableció las sanciones. Irán respondió aumentando su enriquecimiento de uranio, y ahora tiene suficiente para “varias” armas atómicas si decide desarrollarlas, según el organismo de control nuclear de la ONU.
Irán insiste en que su programa nuclear es pacífico, pero los expertos dicen que tuvo un programa de armas nucleares hasta 2003.
La administración del presidente Jose Biden apoya que se restablezca el pacto nuclear, pero las negociaciones se estancaron el año pasado. Teherán ha enfurecido aún más a los países occidentales al suministrar drones armados a Rusia que se han utilizado en la invasión a Ucrania.
Mientras tanto, Irán ha visto olas de protestas antigubernamentales desde la muerte en septiembre de una mujer kurdo-iraní de 22 años que fue detenida por la policía moral por presuntamente violar el estricto código de vestimenta islámico iraní.
Las protestas se intensificaron rápidamente hasta convertirse en llamados al derrocamiento de los gobernantes, lo que supuso un gran desafío para su gobierno de cuatro décadas. Irán culpa de los disturbios a las potencias extranjeras, sin proporcionar pruebas.