CEO de Norfolk Southern visita Ohio tras descarrilamiento
EAST PALESTINE, Ohio, EE.UU. (AP) — El presidente de Norfolk Southern realizó una visita a East Palestine, Ohio, el sábado luego de las críticas de los residentes y líderes políticos sobre la respuesta de la compañía al descarrilamiento de un tren de carga que transportaba materiales tóxicos a principios de este mes.
Fox Business informa que el presidente y director ejecutivo de la compañía, Alan Shaw, dijo a los periodistas el sábado que estaba allí “para apoyar a la comunidad”, pero se negó a hacer más comentarios.
A principios de semana, los representantes de Norfolk Southern estuvieron ausentes de una reunión pública a la que asistieron cientos de personas, y los funcionarios dijeron que estaban preocupados por las amenazas físicas. El gobernador Mike DeWine estaba molesto por su ausencia en la reunión del miércoles y dijo que Shaw necesitaba ir a East Palestine y responder preguntas.
Norfolk Southern dijo en un comunicado el viernes que estaba “comprometida a coordinar el proyecto de limpieza y pagar los costos asociados”, y dijo que la compañía quería asegurarse de que los residentes y el entorno natural de East Palestine “no sólo se recuperen sino que prosperen”.
“Nuestra compañía trabajará incansablemente todos los días para que East Palestine se recupere lo antes posible”, dijo Shaw en el comunicado. “Sabemos que seremos juzgados por nuestras acciones, y nos estamos tomando muy en serio esta responsabilidad”.
Pese a que se les ha garantizado repetidamente que las pruebas del aire y el agua no han mostrado signos de contaminantes, los residentes del poblado a lo largo de los límites del estado de Pensilvania se han quejado de dolores de cabeza persistentes e irritación de los ojos y algunos han dicho que tienen miedo de regresar a sus hogares. DeWine dijo que una clínica médica que abrirá a principios de la próxima semana para evaluar a los residentes y analizar sus síntomas incluirá un equipo de expertos en exposiciones químicas que se desplegará en el este de Ohio.
Los productos químicos que se derramaron en los arroyos cercanos mataron a miles de peces y una cantidad menor llegó al río Ohio. Si bien las autoridades señalaron que la contaminación no representaba una amenaza, ciudades en Ohio y Virginia Occidental que obtienen su agua potable del río estaban monitoreando una columna de movimiento lento y algunas cambiaron temporalmente a fuentes de agua alternativas.