Rihanna brilla en un espectáculo del Super Bowl singular
Rihanna fue en contra de todas las convenciones de un espectáculo de medio tiempo del Super Bowl típico y convirtió el más grande escenario del espectáculo en algo propio.
Y lo hizo al tiempo que reveló que está embarazada de su segundo hijo.
La presentación fue más una pieza vanguardista que un concierto. La superestrella de Barbados, vestida con un traje completo rojo brillante, repasó 12 de sus éxitos en 13 minutos rodeada de decenas de bailarines andróginos vestidos de blanco que igualaban cada movimiento que ella hacía sobre y por encima del escenario gigante en el State Farm Stadium en Glendale, Arizona.
Por si alguien no lo vio, todo se trató de Rihanna. No hubo invitados especiales. Ni hubo interrupciones. Ni cambios de ritmo. Del comienzo en una plataforma suspendida sobre el escenario, a su poderosa interpretación de su canción inspiradora “Diamonds”, Rihanna mantuvo la atención de todos al entonando un éxito tras otro, de “Work” a “Umbrella”.
Fue totalmente su visión, pulida y juguetona y completamente segura. No incluyó baladas para mostrar el poder de su voz porque no necesita demostrarlo a nadie. Y tampoco necesitó decir algo más que “gracias, Arizona” para expresarse.
Todo fue una extensión poco convencional de lo que fue una decisión no convencional de presentarse en este momento en especial.
Mientras que la mayoría de los artistas usan su participación en el medio tiempo del Super Bowl para lanzar nuevos álbumes, Rihanna ha insistido que la producción que seguirá a su álbum “Anti” de 2016 todavía no está terminada.
Ni siquiera interpretó “Lift Me Up”, su contribución a la banda sonora de “Black Panther: Wakanda Forever” (“Black Panther: Wakanda por siempre”), que está actualmente nominada al Oscar.
Antes de la revelación de que Rihanna está embarazada, hubo rumores de una posible gira, pero eso parece poco probable ahora, con un nuevo hijo en camino y su primogénito que cumple nueve meses el lunes.
Su marca de moda Savage X Fenty lanzó una camiseta que dice “RIHANNA CONCERT INTERRUPTED BY A FOOTBALL GAME, WEIRD BUT WHATEVER” (Concierto de Rihanna interrumpido por un partido de fútbol, raro pero no importa). La camiseta se agotó antes de que comenzara el partido.
Presentarse en el mayor escenario del espectáculo con una audiencia esperada de más de 100 millones de espectadores, tan sólo en Estados Unidos, no es malo para los negocios. Algo que la multimillonaria, la más joven en hacer su propia fortuna y superar la barrera de los 1.000 millones de dólares según listados, conoce.
Pero en realidad Rihanna no está vendiendo nada.
La estrella de 34 años aceptó claramente el concierto por el reto y porque tenía algo que decir.
Previamente, rechazó presentarse en el medio tiempo de 2019 en solidaridad con la protesta del mariscal de campo Colin Kaepernick por la desigualdad racial. Pero muchas cosas han cambiado desde entonces, incluyendo el hecho de que la empresa de su amigo y mentor Jay-Z, Roc Nation, se asoció con la NFL para hacer el medio tiempo.
Y su presentación planteó un gran punto sobre igualdad, porque su enorme cuerpo de bailarines estaba completamente cubierto, incluyendo sus rostros, de modo que se borraban las diferencias de raza y sexo. Sólo serán juzgados por su baile y habilidad para entretener.
Ese mensaje muestra lo mucho que Rihanna ha cambiado desde su última presentación en solitario, cuando recibió el premio Video Vanguard en los Premios MTV a los Videos Musicales de 2016. En esa ocasión también se presentó sin invitados especiales, sólo bailarines, pero ahí destacó diferentes aristas de su personalidad musical con cuatro diferentes actuaciones. Ya fuera hip hop, dance pop, reggae o baladas, Rihanna mostró cómo podía abordar los géneros a su gusto.
El domingo con su espectáculo de medio tiempo, Rihanna simplemente creó su propio género y aumentó las expectativas para los próximos espectáculos.