Bolsonaro cuestiona derrota electoral desde Florida
MIAMI (AP) — Apenas unas semanas después de que sus partidarios tomaran por asalto la sede del gobierno de su país, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro expresó el viernes su desconcierto sobre cómo pudo haber perdido las elecciones de octubre, y luego sonrió en silencio mientras una multitud de seguidores gritaba: ”¡Fraude!”
Durante una intervención en Miami ante un grupo conservador vinculado al expresidente estadounidense Donald Trump, Bolsonaro no abordó directamente el asalto del 8 de enero contra los edificios que albergan el Congreso y el Supremo Tribunal de Brasil.
Bolsonaro había imitado la estrategia de Trump durante su campaña de reelección, sembrando dudas durante meses sobre la fiabilidad de las máquinas de votación de Brasil y luego presentando una petición para anular millones de votos. Ahora está siendo investigado por presunta incitación a la sublevación.
Al igual que Trump, Bolsonaro no ha reconocido su derrota, aunque a diferencia del expresidente estadounidense tampoco ha dicho nunca explícitamente que perdió debido al fraude. Durante una sesión de preguntas y respuestas con Charlie Kirk, director de la organización conservadora Turning Point USA, el expresidente brasileño enumeró los logros de su gobierno y luego atizó a sus partidarios.
“A Brasil le estaba yendo muy bien”, afirmó Bolsonaro. “No puedo entender las razones por las que decidieron irse a la izquierda”.
Después de que los gritos de “fraude” se calmaron, Kirk, quien ayudó a difundir las propias mentiras de fraude electoral de Trump después de la derrota del expresidente de Estados Unidos, respondió: “Lo único que puedo decir es que eso suena muy familiar”.
El acto tuvo lugar en el hotel de Trump en Miami, lo que refleja la conexión entre dos presidentes populistas que avivaron las sospechas sobre las elecciones en sus democracias, las cuales llevaron a sus partidarios a volverse violentos tras sus derrotas. Los dos eran aliados políticos que compartían asesores. Poco antes de que el oponente de Bolsonaro, Luiz Inácio Lula da Silva, asumiera el cargo, Bolsonaro se trasladó a Florida, el estado donde Trump se ha afincado.
La aparición del viernes marcó parte de la reaparición de Bolsonaro después de pasar varias semanas en un suburbio del centro de Florida. Habló con algunos partidarios allí hace unos días antes de subir al escenario en el hotel de Trump el viernes por la tarde.
Gran parte del discurso de Bolsonaro el viernes equivalió a una defensa de sus cuatro años en el poder, en la que promovió el crecimiento del empleo, lo que afirmó era una falta de corrupción en su administración y, en una referencia que provocó fuertes aplausos, “libertad” para aquellos que optaron por no vacunarse contra el COVID-19.
Después de su participación de 30 minutos, muchos de los varios cientos de asistentes, algunos vestidos con los colores amarillo y verde característicos de la bandera brasileña, se arremolinaron alrededor del expresidente de 67 años.
Algunos de los partidarios de Bolsonaro en Brasil han expresado su decepción porque abandonó el país antes del 8 de enero y se ha mantenido circunspecto sobre el ataque. El expresidente enfrenta desafíos legales no sólo por el creciente número de investigaciones sobre el levantamiento del 8 de enero, sino también por el Supremo Tribunal Federal brasileño, que ha censurado sitios web que han difundido mentiras sobre las elecciones de Brasil.
Reynaldo Rossi, un agricultor brasileño que visita Florida para explorar una posible reubicación allí, dijo que se alegra de que Bolsonaro se quede en Estados Unidos por ahora.
“Si regresa, le van a crear muchos problemas”, dijo Rossi. “Pasaría mucho tiempo allí defendiéndose en lugar de liderarnos”.
En su discurso, Bolsonaro reconoció a los brasileños que han abandonado el país para irse a Estados Unidos, pareciendo incluirse a sí mismo en esa categoría.
“Por bien que nos sintamos aquí, siempre nos preocupamos por nuestros amigos y familiares que se quedaron allá”, dijo, refiriéndose a Brasil.
También tranquilizó a la multitud sobre el futuro del país.
“Creo en Brasil y tengo la certeza de que Brasil no se acabará con el actual gobierno”, dijo Bolsonaro.
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Hughes informó desde Río de Janeiro y Riccardi desde Denver.