Palestinos: tropas israelíes matan a hombre en Cisjordania
TEL AVIV, Israel (AP) — Fuerzas israelíes mataron el lunes a un hombre en Cisjordania, informó el Ministerio de Salud palestino, mientras sigue una escalada de violencia que coincidió con una visita a la región del secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
El ministerio agregó que Nassum Abu Fouda, de 26 años, murió en Hebrón, un punto de fricciones frecuentes entre el ejército israelí y palestinos.
El ejército israelí dijo que las fuerzas le pidieron a un automóvil que conducía sospechosamente que se detuviera, pero luego atropelló a un soldado, lo que provocó que los soldados abrieran fuego. Luego, el automóvil aceleró y se estrelló, dijo el ejército. Agregó que los servicios de rescate palestinos se llevaron al conductor y que el incidente estaba bajo revisión.
La violencia entre israelíes y palestinos se ha disparado en los últimos días. Tropas israelíes mataron la semana pasada a 10 personas, la mayoría milicianos, durante una incursión militar en el bastión miliciano de Jenín, Cisjordania, y siete israelíes murieron en un ataque palestino a tiros en un asentamiento judío en el este de Jerusalén. Otro tiroteo en el este de Jerusalén el fin de semana dejó dos israelíes heridos; el que disparó era un palestino de 13 años.
La violencia hizo que el gobierno israelí aprobara varias medidas punitivas contra los palestinos. Blinken comenzó el lunes sus reuniones con líderes de ambas partes en un clima de tensiones generalizadas.
“Alentaremos a las partes a tomar medidas para calmar las cosas”, dijo Blinken a los periodistas en una conferencia de prensa conjunta en El Cairo con el ministro de Relaciones Exteriores de Egipto, Sameh Shoukry. “No hay duda de que este es un momento muy difícil”.
La violencia sigue a meses de redadas israelíes para hacer detenciones en Cisjordania, iniciadas tras una oleada de ataques palestinos contra israelíes en la primavera de 2022 en la que murieron 19 personas. Casi 150 palestinos fallecieron por fuego israelí el año pasado en Cisjordania y Jerusalén Este, en el año con más muertos en esos territorios desde 2004, según cifras del grupo israelí de derechos B’Tselem. Además, hubo 29 muertos israelíes en 2022.
Israel dice que la mayoría de los muertos eran milicianos, pero también han muerto otras personas, como jóvenes que protestaban por las incursiones y personas que no participaban en los enfrentamientos. Israel afirma que las redadas pretenden desmantelar redes milicianas y frustrar ataques futuros, mientras que los palestinos las ven como un endurecimiento de la ocupación israelí, que comenzó hace 55 años y no tiene final a la vista.
El derramamiento de sangre se ha incrementado este mes durante las primeras semanas del nuevo gobierno israelí de ultraderecha, que ha prometido mano dura contra los palestinos e impulsar la construcción de asentamientos. El fallecido del lunes elevaba a 35 la cifra de palestinos muertos este mes.
Se esperaba que la visita de Blinken, organizada antes del estallido de violencia, estuviera marcada por las tensiones por diferencias entre el gobierno de Biden y el nuevo gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, conformado con defensores de los asentamientos. Ahora tendrá que lidiar con un desafío adicional durante el viaje e intentar restaurar la calma ante una violencia persistente.
Tras la redada en Jenín, los palestinos dijeron que cancelarían la coordinación de seguridad con Israel, y después de los nuevos ataques contra israelíes, Israel dijo que reforzaría los asentamientos judíos en Cisjordania, entre otras medidas.
La Radio del Ejército Israelí indicó el domingo por la noche que el gobierno también tenía previsto autorizar un puesto avanzado irregular en el corazón de Cisjordania y acelerar el reconocimiento de otros asentamientos pequeños no autorizados.
Israel también arrestó a 42 palestinos, algunos de ellos parientes del agresor en Jerusalén, en su investigación del ataque. Y el beligerante ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, dijo que había ordenado la demolición de viviendas palestinas construidas de forma ilegal en Jerusalén Este como respuesta al ataque.
Ben-Gvir lo describió como “un paso dentro de una serie de pasos importantes para la gobernanza y para la guerra contra el terrorismo, y necesitamos más pasos en esta guerra”.
Residentes palestinos en el sector oriental de la ciudad indicaron que la discriminación de vivienda hace que rara vez se les concedan permisos de edificación, lo que les obliga a construir de forma ilegal.
Israel capturó Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza en la guerra de Oriente Medio de 1967, territorios que los palestinos reclaman para un estado independiente. Unos 500.000 israelíes viven ahora en docenas de asentamientos y puestos avanzados en Cisjordania, que van desde un puñado de casas rodantes a grandes localidades con centros comerciales y transporte público. Los palestinos y buena parte de la comunidad internacional ven los asentamientos como un obstáculo para la paz.