Las calles de Argentina se vuelven una fiesta
BUENOS AIRES (AP) — Las calles en Argentina se tornaron en una fiesta el martes después de que la selección superó a Croacia por un cómodo 3-0 para que el país sudamericano enloquecido por el fútbol accediera a la final de la Copa Mundial.
Los aficionados abarrotaron las calles de la capital Buenos Aires en cuanto terminó el encuentro, ondeando banderas argentinas en los carros, mientras otros saltaban y cantaban de emoción en un mar de camisetas de la selección.
Poco antes, Buenos Aires se detuvo por completo en una calurosa tarde de verano mientras lo aficionados abarrotaron cafés, restaurantes y plazas públicas para seguir las hazañas del equipo liderado por Lionel Messi en donde pantallas gigantes.
“Estoy completamente extasiado”, dijo Emiliano Adam, de 31 años, quien trabaja en una agencia de publicidad y estaba celebrando en las calles de Buenos Aires portando una bandera como capa. “Es el primer partido que no sufro, la primera vez que puedo disfrutar un partido del comienzo al final”.
Argentina ahora disputará el último encuetro del Mundial ante el ganador del duelo entre Francia y Marruecos, que se disputará el miércoles.
Debido a que aún faltan varios días para la final, el martes se convirtió en una celebración cuando miles de personas se reunieron en el icónico Obelisco de la capital.
El agonizante inicio del torneo para Argentina le siguió una serie de victorias que le ha dado alegría a un país en medio de un estancamiento económico, con una de las inflaciones más altas del mundo cerrando el año en casi el 100% y cuando cerca de cuatro de cada 10 personas viven en pobreza.
“Estamos todos, todos súper ilusionados, hace tanto que no vivíamos una alegría así. Es hermoso, mirá lo que es esto”, aseguró Laila Desmery, una actriz de 27 años, señalando a la gente que bailaba y celebraba en las calles. “Es realmente inexplicable la alegría que vamos a vivir”.
Las grandes expectativas para la selección argentina incrementaron tras los cuartos de final ante Holanda. El agonizante encuentro terminó en la tanda de penaltis y que llevó a una sensación colectiva de que el equipo, que había perdido de manera sorpresiva su primer encuentro ante Arabia Saudí, encontró su ritmo.
“Fue la antítesis del partido anterior, ganamos tranquilamente, con una ventaja amplia y no hubo momentos de tanta tension ni tanto estrés”, sentenció Valentina González, gestora de redes sociales de 31 años.
En un tradicional café en el vecindario de Palermo en Buenos Aires, aquellos que habían estado viendo nerviosamente las pantallas explotaron en júbilo cuando Messi anotó un penal tras 33 minutos sin gol.
“Messi, Messi, Messi”, comenzó a gritar la multitud mientras movían sus brazos en una ovación de adoración.
Apenas cinco minutos después, cuando apenas la afición comenzaba a calmarse Julián Álvarez anotó otro impresionante gol para el 2-0.
En la parte complementaria, la multitud estaba eufórica y cuando Álvarez anotó el tercer gol, la gente comenzó a saltar en las sillas, besarse y abrazarse.
“De la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar”, comenzaron a gritar.