Sepultan a líder de la Iglesia de Chipre, Crisóstomo II
NICOSIA, Chipre (AP) — Crisóstomo II, el líder de la Iglesia Ortodoxa en Chipre, fue sepultado el sábado en una ceremonia que reflejó siglos de tradición eclesiástica, elogiado como el más grande reformista de su iglesia y un franco defensor de su pueblo.
El líder espiritual de los 300 millones ortodoxos del mundo, el patriarca Bartolomé, qie tiene su sede en Estambul, vestido con resplandecientes atuendos bizantinos presidió el oficio fúnebre en la Catedral San Barnabás, en los terrenos de la sede de la iglesia en Nicosia, la capital.
“Tu nombre siempre será recordado con el mayor de los respetos en nuestra memoria y en la historia de toda la iglesia y nuestro pueblo”, dijo con emoción el patriarca. “Todo lo que has hecho será eternamente recordado ante Dios y la humanidad”.
Crisóstomo murió el lunes a los 81 años después de una batalla de cuatro años contra cáncer de intestino e hígado. Su cuerpo yacía en la capilla desde el jueves. Fue enterrado en una cripta especialmente diseñada en la catedral que él comisionó, y que será el lugar de descanso de todos los futuros arzobispos después de que los restos de sus predecesores sean transferidos a un osario.
Uno de los arzobispos más activos en la memoria reciente, Crisóstomo implementó una serie de reformas, incluida la restauración de la independencia de toma de decisiones de la iglesia luego de ocho siglos, al reforzar al Santo Sínodo con la ordenación de nuevos obispos y al escribir una nueva constitución.
En su elegía, el obispo Georgios de Paphos, elogió a Crisóstomo como el “más grande reformista” y un incansable defensor de los derechos y aspiraciones de su gente.
“Dejó una obra ante la cual el tiempo mismo se inclinará y nos enseñó que los humanos justifican su paso fugaz por este mundo luchando por el bien común”, dijo Georgios.
El fallecido líder de la iglesia con frecuencia fue criticado por expresar su opinión sobre cualquier tema, desde la compleja política del país étnicamente dividido hasta las finanzas del Estado. Pero Crisóstomo se ganó el respeto de todos por su trabajo modesto para ayudar a los necesitados.