Manuscritos en monasterio griego relatan historia otomana
MONTE ATHOS, Grecia (AP) — En el corazón de un monasterio medieval fortificado en la comunidad monástica ortodoxa griega del monte Athos, los estudiosos acceden por primera vez a un tesoro prácticamente desconocido: miles de manuscritos de la era otomana, algunos de los cuales son los más antiguos de su tipo del mundo.
Las bibliotecas de la comunidad autónoma —creada hace más de 1.000 años en la península de Athos, en el norte de Grecia— contienen obras varias veces centenarias en griego, ruso, rumano y otros idiomas.
Muchos han sido estudiados, pero no los documentos turcos otomanos, como resultado de una burocracia extranjera que gobernó el norte de Grecia desde fines del siglo XIV, mucho antes de que la capital bizantina de Constantinopla cayera en poder de los otomanos en 1453, hasta principios del siglo XX, cuando la zona regresó a la soberanía griega.
El estudioso de La era bizantina Jannis Niehoff-Panagiotidis dice que es imposible comprender la economía y la sociedad del monte Athos bajo el régimen otomano sin consultar estos documentos, que regían las relaciones de los monjes con las autoridades seculares.
“El otomano era la lengua oficial del Estado”, explicó a The Associated Press desde la biblioteca del Monasterio Pantokrator, uno de los 20 en la península boscosa.
Niehoff-Panagiotidis, profesor de la Universidad Libre de Berlín, dijo que la más antigua de las aproximadamente 25.000 obras otomanas en las bibliotecas monásticas data de 1371 o 1374. Es, que se sepa, la más antigua del mundo, ya que en Estambul —como llamaron los otomanos a Constantinopla cuando la convirtieron en su capital— los archivos más antiguos se remontan a fines del siglo XV.
“Los primeros documentos que echan luz (sobre el primer período de la historia otomana) están depositados aquí, en el monte Athos”, afirmó, sentado ante una mesa cubierta de papeles y libros. Los más raros están almacenados en grandes cajones de madera.
Entre estos se encuentran los muy ornamentados “firmans” —decretos— de los sultanes, títulos de propiedad y decisiones reales.
Los manuscritos relatan una historia que no coincide con la concepción tradicional en Grecia de las depredaciones otomanas en las zonas conquistadas mediante la confiscación de las grandes propiedades de los monasterios del monte Athos. Por el contrario, los nuevos gobernantes tomaron a la comunidad bajo su protección, respetaron su autonomía y la protegieron de la injerencia externa.
“Los ‘firmans’ de los sultanes que vimos en la torre… y las decisiones de la corte otomana revelan que la pequeña democracia de los monjes supo ganarse el respeto de todas las potencias conquistadoras”, aseguró Anastasios Nikopoulos, colaborador de Niehoff-Panagiotidis. “Eso es porque se veía al monte Athos como una cuna de la paz, la cultura… donde pueblos y civilizaciones coexistían en paz”.