Putin: Acciones rusas en Ucrania son "correctas y oportunas"
KIEV, Ucrania (AP) — El presidente ruso Vladimir Putin dijo el viernes que prevé que la movilización de reservistas del ejército que ordenó para reforzar a sus soldados en Ucrania se complete en unas dos semanas, lo que le permitirá poner fin a una convocatoria impopular y caótica destinada a contrarrestar los avances ucranianos en el campo de batalla y consolidar su anexión ilegal de territorios ocupados.
Putin, que se enfrenta al descontento interno y a los reveses militares en un país vecino dotado de armas occidentales cada vez más avanzadas, también dijo a los periodistas que no se arrepiente de haber iniciado el conflicto y que “no se propuso destruir Ucrania” cuando ordenó a los soldados rusos invadirla hace casi ocho meses.
“Lo que está ocurriendo hoy es desagradable, por decirlo suavemente”, dijo tras asistir a una cumbre de la Comunidad de Estados Independientes en Astana, la capital de Kazajistán. “Pero todo esto lo habríamos tenido un poco más tarde, sólo que en peores condiciones para nosotros, eso es todo. Así que mis acciones son correctas y oportunas”.
Las dificultades de Rusia para conseguir sus objetivos bélicos se han vuelto aparentes en una de las cuatro regiones ucranianas que Putin reclamó ilegalmente como territorio ruso el mes pasado. Anticipando un avance de las fuerzas ucranianas, las autoridades instaladas por Moscú en la región de Jersón instaron a los residentes a huir el viernes.
Incluso algunos de los propios partidarios de Putin han criticado la gestión de la guerra y la movilización por parte del Kremlin, lo que ha aumentado la presión sobre el mandatario para que haga más por cambiar la situación a favor de Rusia.
En sus comentarios sobre la movilización del ejército, Putin dijo que la acción que ordenó el mes pasado había registrado 222.000 de los 300.000 reservistas que el Ministerio de Defensa ruso estableció como objetivo inicial. Un total de 33.000 de ellos se han incorporado a las unidades militares, y 16.000 están desplegados en combate, dijo.
Putin ordenó la movilización para reforzar la lucha a lo largo de una línea de frente de 1.100 kilómetros (684 millas) en la que las contraofensivas ucranianas han infligido golpes al prestigio militar de Moscú. La movilización fue problemática desde el principio, ya que hubo confusión sobre quiénes eran elegibles para el reclutamiento en un país donde casi todos los hombres menores de 65 años están registrados como reservistas.
La oposición a la orden fue tan fuerte que decenas de miles de hombres abandonaron Rusia y otros protestaron en las calles. Los críticos se mostraron escépticos de que el reclutamiento terminara en dos semanas. Preveían sólo una pausa para permitir a las oficinas de alistamiento procesar a los reclutas regulares durante el reclutamiento anual de otoño en Rusia para hombres de entre 18 y 27 años, que se postergó del 1 de octubre al 1 de noviembre.
“No le crean a Putin sobre las ‘dos semanas’. La movilización sólo puede ser cancelada por su decreto. Sin decreto no se cancela”, escribió en Facebook Vyacheslav Gimadi, abogado de la Fundación Anticorrupción del líder opositor encarcelado Alexei Navalny.
Cuando le preguntaron sobre la posibilidad de una movilización ampliada, el presidente ruso dijo que el Ministerio de Defensa no le había pedido que la autorizara.
“No está previsto nada más”, respondió Putin, y añadió: “En un futuro previsible, no veo ninguna necesidad”.
Putin y otros funcionarios declararon en septiembre que la movilización afectaría a unas 300.000 personas, pero su decreto de habilitación no citaba una cifra concreta. Los medios de comunicación rusos han insinuado que podría ser de hasta 1,2 millones.
Putin también había dicho que sólo se reclutaría a quienes tuvieran experiencia de combate o de servicio. Más tarde admitió que los oficiales militares habían cometido errores, tales como alistar a reservistas sin la experiencia pertinente. Hombres que recibieron una formación mínima hace décadas fueron reclutados en masa.
Además han surgido informes de que algunos reclutas fueron enviados al frente de batalla en Ucrania con poca preparación y equipo inadecuado. Se ha informado que varios reservistas movilizados han muerto en combate en ese país esta semana, apenas unos días después de haber sido reclutados.
Putin respondió a las críticas el viernes, diciendo que todos los reclutas activados deberían recibir una formación adecuada y que le encargaría al Consejo de Seguridad de Rusia “la realización de una inspección de cómo se está entrenando a los ciudadanos movilizados”.
Antes de lanzar la invasión el 24 de febrero, Putin cuestionó el derecho de Ucrania a existir como nación soberana, presentando al país como parte de la Rusia histórica. Cuando le preguntaron el viernes acerca de ello, repitió su afirmación de que Rusia estaba preparada para las negociaciones de paz y volvió a acusar al gobierno ucraniano de abandonar las negociaciones después de que los soldados rusos se retiraran de Kiev al principio de la guerra.
Ucrania rechazó cualquier posibilidad de negociar con Putin después de que éste se anexionara ilegalmente las regiones ucranianas de Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Luhansk el mes pasado sobre la base de “referéndums” que Kiev y países de Occidente consideran una farsa.
El impulso en el campo de batalla ha pasado a manos de Ucrania a medida que sus fuerzas armadas recuperan ciudades, pueblos y aldeas que Rusia tomó al principio de la guerra. Después de que los preocupados dirigentes de Jersón, apoyados por el Kremlin, pidieran a los civiles que evacuaran para garantizar su seguridad y dar a los soldados rusos más capacidad de maniobra, Moscú ofreció alojamiento gratuito.
El gobierno ruso ha señalado que el traslado de ucranianos a Rusia o a territorio controlado por el Kremlin es voluntario, pero en muchos casos no se les permite viajar a territorio controlado por Ucrania, y han surgido informes de que algunos fueron deportados por la fuerza a “campos de filtración” bajo duras condiciones.
Una investigación de The Associated Press descubrió que funcionarios rusos deportaron a miles de niños ucranianos —algunos de ellos huérfanos, y otros que vivían con familias de acogida o en instituciones— para ser criados como rusos.
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Yuras Karmanau en Tallín, Estonia, contribuyó a este despacho.