A pedido de la gente, cómo cultivar ajo
Recientemente, me enteré, para mi sorpresa, que según datos de Google Trends recopilados por el sitio AllAboutGardening.com, la planta más popular entre los aficionados a la jardinería en Estados Unidos es... el ajo.
Yo hubiera apostado por la col rizada. Quizás la remolacha, o betabel. Acaso las coles de Bruselas. ¿Pero el ajo?
Entonces me sumergí en Google Trends para comparar el interés de los aficionados en el ajo con otros bulbos que se plantan en el otoño, como tulipanes, narcisos, jacintos y azafrán. Sin duda, esas flores coloridas superarían al oloroso vegetal.
No. Cuando la gente utilizaba la frase de búsqueda “cómo cultivar...”, el ajo les ganaba a todos. Estaba tan estupefacta que por primera vez en mi vida escribí la palabra “estupefacta”.
Cultivar el ajo es tan fácil como cultivar el narciso. Basta conocer algunos datos antes de plantarlo.
Hay dos tipos de ajo: el de cuello duro y el de cuello blando. Planta el tipo más adecuado a tu clima.
La variedad dura es la más recomendable para las regiones norteñas, donde se la debe plantar 6 a 8 semanas antes de la llegada del frío. La cabeza está constituida por una sola hilera de dientes alrededor de un tallo subterráneo. Es más sabrosa que la variedad blanda, pero se conserva por menos tiempo.
La variedad blanda es más adecuada para los climas más cálidos. La cabeza contiene varias hileras superpuestas de dientes más pequeños. Debido a su conservación más prolongada, es la variedad que se suele vender en los supermercados.
Las plantas de ajo consumen mucho alimento, así que incorpora una cantidad generosa de abono en los primeros 7 a 10 centímetros de tierra para aumentar la fertilidad. Incluye una buena cantidad de micorriza para ayudar a la formación del bulbo.
Planta semillas compradas a un proveedor acreditado, o bien dientes de las cabezas más grandes y sanas de la cosecha anterior.
Nunca plantes ajo comprado en el supermercado porque suelen tratarlo con inhibidores del crecimiento para impedir que brote en la góndola o en tu refrigerador.