Armenia y Azerbaiyán acuerdan cese del fuego
EREVÁN, Armenia (AP) — Armenia y Azerbaiyán negociaron un alto al fuego para poner fin a una ronda de combates que ha causado la muerte de 155 soldados de ambos bandos, dijo un alto funcionario armenio a primera hora del jueves.
Armen Grigoryan, secretario del Consejo de Seguridad de Armenia, anunció la tregua en declaraciones televisadas, y dijo que había entrado en vigor cinco horas antes, a las 20:00 horas (1600 GMT) del miércoles. Un alto al fuego anterior, que Rusia negoció el martes, fracasó rápidamente.
Varias horas antes del anuncio de Grigoryan, el Ministerio de Defensa de Armenia informó que los ataques de artillería habían cesado, pero no mencionó el acuerdo sobre el alto el fuego.
El anuncio de la tregua se produjo después de dos días de intensos combates que supusieron el mayor brote de hostilidades entre ambas naciones en casi dos años.
El miércoles por la noche, miles de manifestantes salieron a las calles de la capital armenia para exigir la renuncia del primer ministro Nikol Pashinyan, a quien acusaron de traicionar a su país al tratar de apaciguar a Azerbaiyán.
Armania y Azerbaiyán se culpan mutuamente por las hostilidades. Las autoridades armenias acusan a Bakú de agresión no provocada, y los funcionarios azerbaiyanos dicen que su país estaba respondiendo a cañoneos armenios.
Pashinyan dijo que 105 de sus soldados han perdido la vida desde que estallaron los combates el martes por la mañana, mientras que Azerbaiyán informó que ha perdido unos 50 efectivos.
Las autoridades azerbaiyanas dijeron que estaban dispuestas a entregar unilateralmente los cuerpos de hasta 100 soldados armenios.
Las dos antiguas repúblicas soviéticas están enfrentadas desde hace décadas por la región de Nagorno Karabaj, que forma parte de Azerbaiyán pero está bajo el control de fuerzas armenias étnicas respaldadas por Armenia desde que terminó la guerra separatista en 1994.
Durante una guerra de seis semanas en 2020, Azerbaiyán recuperó amplias franjas de Nagorno Karabaj y territorios adyacentes que estaban en poder de las fuerzas armenias. Más de 6.700 personas fallecieron en los combates, que terminaron con un acuerdo de paz mediado por Rusia. Moscú envió a unos 2.000 soldados a la región para que fungieran como fuerzas de paz bajo el acuerdo.
Pashinyan señaló el miércoles que las fuerzas azerbaiyanas han ocupado 10 kilómetros cuadrados (casi 4 millas cuadradas) del territorio de Armenia desde que comenzaron los combates.
Dijo a los legisladores que su gobierno ha pedido a Rusia apoyo militar en virtud de un tratado de amistad entre ambos países, y también solicitó ayuda a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva.
“Nuestros aliados son Rusia y la OTSC”, dijo Pashinyan, y añadió que el pacto de seguridad colectiva establece que una agresión contra un miembro es una agresión contra todos.
“No consideramos la intervención militar como lo única posibilidad, porque también existen opciones políticas y diplomáticas”, dijo Pashinyan ante el parlamento de su nación.
Añadió que Armenia está dispuesta a reconocer la integridad territorial de Azerbaiyán en un futuro tratado de paz, a condición de que abandone el control de las zonas capturadas por sus fuerzas en Armenia.
“Queremos firmar un documento, por el que muchas personas nos critican, nos condenan y nos llaman traidores, y quizá incluso decidan quitarnos del cargo, pero estaríamos agradecidos si Armenia consigue una paz y seguridad duraderas con ello”, dijo Pashinyan.
Algunos opositores consideraron la declaración como una señal de la disposición de Pashinyan a ceder a las exigencias azerbaiyanas y a reconocer la soberanía azerbaiyana sobre Nagorno Karabaj. Miles de airados manifestantes se presentaron rápidamente ante la sede del gobierno para acusar a Pashinyan de traidor y exigir su dimisión.
Pashinyan rechazó furioso las versiones de que supuestamente había firmado un pacto en el que aceptó las exigencias azerbaiyanas y describió la situación como un “ataque informativo".
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Aida Sultanova, en Londres; Vladimir Isachenkov, en Moscú; Nomaan Merchant, en Washington, y Kirsten Grieshaber, en Berlín, contribuyeron a este despacho.