Desfile de disfraces y carrera de burros en Ecuador
QUITO (AP) — Decenas de burros protagonizaron el sábado un vistoso desfile disfrazados con pantalones, sombreros, gafas, tocados de flores, cintillos, ropa militar y otras prendas por las calles de la ciudad de Salcedo, en el centro andino de Ecuador, donde poco después se enfrentaron en una carrera de velocidad.
Muchos de los asnos, con pintorescos nombres como Filemón, Rosita, Cenicienta, Pegaso y Licenciado, iban ataviados con la misma vestimenta de sus jinetes, en medio de miles de aficionados y curiosos que con gritos y aplausos disfrutaban del espectáculo.
Se trata de la sexta edición de esta peculiar competencia, que se realiza a inicios de septiembre de cada año en honor a las festividades de Salcedo, situada a 91 kilómetros al sur de la capital del país y enclavada en una productiva zona agrícola en medio de comunidades indígenas, donde ese animal es el fiel compañero en las tareas agrícolas y cotidianas.
“Nuestra intención también es lograr que haya interés por recuperar esta especie, que con la modernidad se ha ido perdiendo en el campo y mucho más en la ciudad", dijo en diálogo con The Associated Press Fernando Villacís, un médico veterinario y organizador de la competencia. "Queremos que haya burritos sanos y fuertes, queremos que las tradiciones se mantengan”.
Contó que en el 2014 tras una reunión con su padre y hermanos decidieron organizar pruebas con las categorías al burro vestido con el traje más elegante o más original y seguidamente una carrera de velocidad en una pista urbana de 800 metros.
La competencia no se pudo realizar en 2015 por amenaza de erupción del volcán Cotopaxi y tampoco fue posible celebrarla en 2020 y 2021 debido a la pandemia.
Segundo Chacha, integrante de la comunidad indígena Cumbijín, expresó a la AP que “es muy chistoso ver a los burritos disfrazados caminando tranquilos por la calle y que la gente se vuelva loca gritando y aplaudiendo a los animalitos".
Antes de empezar la competencia, un grupo de veterinarios revisa la salud de los animales y verifica que los dueños no porten objetos cortopunzantes, ni espuelas o cualquier objeto que pueda infringir daño a los jumentos.
Tras el primer paseo ante un grupo de jueces, en que desfilaron como modelos, y la elección del jumento con el mejor traje, los animales fueron desvestidos con el fin de prepararlos para la competencia final, a la que llegaron después de pasar rondas de clasificación en medio de cientos de espectadores que se arremolinaron para apoyar a los favoritos. Este año participaron 65 asnos.