El papa concluye reuniones sobre el futuro de la Iglesia
ROMA (AP) — El papa Francisco concluyó el martes dos días de reuniones a puerta cerrada con unos 180 cardenales, muchos de ellos suficientemente jóvenes como para elegir a un futuro pontífice, en las que se habló de cómo hacer más inclusivo el gobierno de la Iglesia católica.
Las sesiones se centraron en una nueva constitución apostólica que, entre otras cosas, permite que los laicos encabecen oficinas importantes del Vaticano. Visualiza mayores roles de toma de decisiones para ellos, incluidas las mujeres, pero dado que la Iglesia mantiene cerradas las puertas a las mujeres en el sacerdocio, los cargos más prestigiosos y, en última instancia, más poderosos, incluido el de pontífice, siguen siendo reino de los hombres.
Las reformas también otorgan más peso institucional a los esfuerzos para combatir el abuso sexual de parte de los clérigos. El documento, hecho público a principios de este año, reemplazó la constitución redactada por San Juan Pablo II en 1988.
El sábado, Francisco elevó a ese rango a 20 religiosos, entre ellos 16 menores de 80 años y, por lo tanto, elegibles para votar en un cónclave para elegir futuros pontífices.
Hasta que el papa Benedicto XVI renunció en 2013 —el primer pontífice en casi 600 años en hacerlo_, los cónclaves en los últimos siglos se realizaban después de la muerte del papa en turno. Francisco, de 85 años, ha dicho que la renuncia puede ser una opción válida para los pontífices que no pueden desempeñar adecuadamente su papel como líder de los más de 1.300 millones de católicos del mundo.
Sin embargo, ha desestimado los rumores de que él mismo esté contemplando renunciar de manera inminente a pesar de sus problemas de salud, incluida una rodilla lesionada que requiere que use una silla de ruedas frecuentemente.
En su homilía durante una misa en la Basílica de San Pedro para clausurar las reuniones, Francisco no ofreció detalles sobre lo que se discutió esta semana, pero exhortó a los cardenales, conocidos como “príncipes de la iglesia”, a estar en guardia contra el “cáncer, la carcoma de la espiritualidad del mundo”.