Regreso triunfal de Nadal en el US Open
NUEVA YORK (AP) — En la cancha donde ha ganado cuatro de su cosecha récord de 22 títulos de Grand Slam, Rafael Nadal reconoció que dudó en si algún día volvería al Abierto de Estados Unidos.
Su primer partido en Flushing Meadows desde 2019 se saldó la noche del martes con una victoria en cuatro sets contra un rival que se bautizó en un Grand Slam y que tuvo el descaro de arrebatarle el primer parcial.
Nadal sigue invicto este año en las grandes citas, ahora con foja de 20-0, tras doblegar 4-6, 6-2, 6-3, 6-3 a Rinky Hijikata, un australiano de 21 años que entró al cuadro principal gracias a una invitación de los organizadores.
El astro español no evidenció secuelas que le comprometiesen tras el desgarro del músculo abdominal que a inicios de julio le obligó abandonar Wimbledon, privándole de disputar las semifinales. El abandono no quedó registrado como una derrota, dado que no saltó a la pista para enfrentar a Nick Kyrgios.
La última de las cuatro coronaciones de Nadal en el US Open llegó hace tres años cuando derrotó a Daniil Medveded en una vibrante final de cinco sets. Pero no participó de la edición de 2020, en medio de la pandemia de coronavirus, y tampoco pudo venir el año pasado por culpa de una lesión en el pie izquierdo.
“Había sido un tiempo largo sin estar aquí”, dijo Nadal sobre jugar por la noche en el estadio Arthur Ashe, pista de enormes dimensiones, espectáculo y bullicio. “Un tiempo no muy lejano no sabía si volvería aquí”.
“He sufrido durante un buen rato y he terminado jugando bastante mejor”, añadió. “Necesito mejorar sin duda alguna”.
Entre el abandono en Wimbledon y esta última semana de agosto, el número dos del mundo apenas ha disputado un partido — el que perdió ante Borna Coric hace dos semanas en el Masters de Cincinnati.
“No he jugado mucho los últimos 15 días”, apuntó Nadal, cuyo siguiente rival será Fabio Fognini. “Hay que ser humilde y aceptar el proceso. Tienes que pelear y aceptar que tendrás que sufrir. Es el momento de sobrevivir, con la actitud adecuada. Es lo que me ha tocado hacer”.
“Quiero seguir disfrutando del tenis todo lo que pueda”, subrayó.
Disfrutar.
Esa también es la consigna Carlos Alcaraz, el nuevo fenómeno español del tenis.
El nuevo Nadal. El próximo número uno. El siguiente de todo.
Con apenas 20 años, Alcaraz debe amansar la presión de las expectativas disparadas por su centellante despegue.
Por lo pronto, superó su primera prueba en Nueva York cuando su rival argentino Sebastián Báez tuvo que abandonar en el tercer set por una lesión en la pierna derecha.
“Diría que hay un poco de presión sobre mí, pero trato de no pensar en eso”, dijo. “No soy el siguiente. Me veo nada más como el número cuatro (del ranking). Vivo en el momento, así que no pienso si soy el relevo de alguien o el siguiente gran jugador”.
En una tarde de calor sofocante, Alcaraz iba ganando 7-5, 7-5, 2-0 cuando Báez consultó con el médico y tiró la toalla para poner fin a la que fue una entretenida batalla en el Ashe.
“Nadie se merece acabar así", afirmó Alcaraz sobre el 37mo del ranking. “En el segundo set, me ha costado mucho mantener mi nivel, tanto física como mentalmente. Pero la energía que recibí (del público) fue algo especial”.
Justamente en Nueva York, hace un año, Alcaraz empezó en serio su progresión hacia la élite. Era el número 54 del mundo y alcanzó los cuartos de final. Ahora es el cuarto del ranking, en una temporada en la que ya ganó dos títulos Masters 1000 — en Miami y Madrid. En abril, un mes antes de cumplir los 19, se convirtió en el hombre más joven en irrumpir en el Top 10 desde que Nadal lo hiciera 17 años antes.
Fue cobijado por la etiqueta de favorito al título en los últimos dos grandes, pero fue frenado en los cuartos de final del Abierto de Francia y en octavos en Wimbledon.
En la antesala del US Open, Alcaraz reconoció sin tapujos que no supo manejar la presión al caer en su estreno en el Masters de Montreal a inicios de mes.
Ahora quiere ir con calma. Desea ser el “Carlitos” de hace poco.
“Quiero disfrutar estos momentos, luchando contra los mejores del mundo en los mejores torneos”, afirmó. “Nada más eso, disfrutar”.
Su siguiente oponente será Federico Coria, otro argentino. Después de caer a las primeras de cambio en los anteriores cinco majors que había disputado, Coria despachó 7-5, 6-4, 6-3 al neerlandés Tallon Griekspoor.
¿El plan ante Alcaraz?
“Necesito un milagro, pero pero voy a tratar de incomodarlo lo más posible con mi juego", dijo Coria antes de sumarse al coro que apunta al español como la próxima estrella. "Es un honor y un privilegio jugar con el que va a estar por los torneos grandes”.
Coria es uno de tres argentinos que accedieron a la tercera ronda. Los otros son Diego Schwartzman y Pedro Cachín.
Schwartzman (14to preclasificado) estuvo al borde del nocaut ante Jack Sock, cediendo los primeros dos sets (6-3 y 7-5). Pero una molestia en la espalda hizo que el estadounidense se retirase tras caer en el tercer parcial (6-0) y perder el primer juego del cuarto.
“Me hubiera ganado en tres sets fácil. He tenido mucha suerte”, dijo Schwartzman, cuyo siguiente rival será el australiano Alexei Popyrin.