Padres de Álvarez viajan de Cuba para ver juego de Astros
HOUSTON (AP) — En la primera entrada, cuando el toletero Yordan Álvarez se paró en la caja de bateo, hubo otros tres seguidores especiales de los Astros de Houston que lo ovacionaron.
Recién llegados de Cuba estaban en el parque su padres Agustín Eduardo Álvarez Salazar, su madre Mailyn Cadogan Reyes y su hermano Yonder Álvarez Cadogan.
Fue posible ver lágrimas en los ojos de la madre. Y resultó evidente que todos estaban orgullosos por mirar al bateador de Houston por primera vez en un juego profesional.
“Éste es uno de los mejores momentos en toda mi vida”, dijo su padre a The Associated Press. “Y yo podría decirlo con muchas palabras, pero la verdad es que no hay palabras que expresen lo que estoy sintiendo ahora”.
Su hijo respondió rápido al apoyo. Pegó un sencillo en los albores del encuentro ante los Mellizos de Minnesota.
Hubo muchos obstáculos que los familiares debieron superar para estar en el Minute Maid Park y ver a Álvarez por vez primera, en su cuarta campaña dentro de las Grandes Ligas.
“Fue un proceso muy extenso para llegar acá”, relató Salazar. “Tuvimos que atravesar muchas dificultades para estar aquí hoy”.
Pese a esos problemas, la familia nunca perdió la esperanza de que podría ver a Álvarez en las mayores. Los padres llegaron el viernes.
“Nunca se nos atravesó por la mente que no fuésemos capaces de llegar acá”, dijo el padre. “Sabemos que, para que las cosas ocurran hay que enfrentar dificultades, y es por eso que estamos aquí hoy”.
Álvarez ha hablado desde hace tiempo de su deseo de que su familia lo viera jugar. ¿Cómo respondió cuando supo que su sueño se haría realidad al fin tras una larga espera?
“Simplemente estaba contento y emocionado, porque todos esperábamos que llegase este momento”, dijo Salazar.
Álvarez desertó de Cuba en 2016 y estableció su residencia en Haití, antes de firmar con los Dodgers como agente libre internacional en junio. Dos meses después fue cedido en canje a los Astros.
Debutó en junio de 2019 y terminó ganando el premio al Novato del Año de la Liga Americana.
Sus padres se perdieron aquella campaña estelar de novato, así como sus dos viajes a la Serie Mundial. Dijeron que no lo veían jugar en persona desde 2014.
Aunque les preocupaba desde luego estar lejos de su hijo, sabían que toda una comunidad estaba cuidando al joven de 25 años.
“Quiero agradecer a Houston, porque... ha adoptado a Yordan como suyo”, dijo el padre. “Y eso es algo que nos hace sentir seguros y en paz. Estoy agradecido por ello”.
El padre lució sonriente mientras miraba el primer turno al bate de Álvarez. Para la madre, la noche fue un poco más difícil.
Se le recordó un juego de este año, cuando Álvarez la llamó por teléfono para decirle que había conectado un jonrón a fin de celebrar su cumpleaños. Ante esa remembranza, la mujer se emocionó y comenzó a llorar.
“Simplemente estoy orgullosa”, dijo. “Y ésa es una sensación que sólo una madre conoce. No tengo palabras para expresar lo que siento ahora ni qué pasa por mi mente”.
Fue fácil ver ese orgullo por Álvarez, quien llegó al encuentro como el tercer mejor jonronero en las mayores, con 31 batazos de cuatro esquinas. Y aunque los familiares están emocionados por el éxito deportivo de Álvarez, se entusiasman más por cómo es fuera del terreno.
“Lo primero que nos enorgullece es el ser humano en que se ha convertido, que lo criamos como un buen chico”, dijo Salazar. “Desde que era niño, vimos el talento que tiene, pero nunca pensamos o imaginamos lo lejos que él llegaría”.
Por ahora, la familia se está quedando en la casa de Álvarez en Houston. No sabe cuánto tiempo permanecerá en Estados Unidos. Pero quiere disfrutar cada momento.
Sobre lo que esta noche significaba para ellos, madre y padre respondieron prácticamente al unísono: “Un sueño hecho realidad”.
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La periodista independiente Melissa Blanco contribuyó con este despacho para la AP.