Chile dará reparación a víctimas de estallido social de 2019
SANTIAGO (AP) — El gobierno del presidente Gabriel Boric presentó el miércoles una serie de medidas para reparar a las víctimas de las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante el estallido social de octubre de 2019, uno de los episodios más violentos de la historia reciente de Chile.
La llamada Agenda Integral de Verdad, Justicia y Reparación, preparada por el Ministerio de Salud y Justicia en conjunto con las víctimas, busca brindarle atención integral -incluidos tratamientos psicológicos- a quienes padecieron pérdida de visión y daños oculares y que presentan traumas como consecuencia de aquellos hechos.
También ofrecerá un seguimiento para la reinserción civil y laboral de las víctimas, señaló el gobierno en un comunicado.
En el acto de presentación, celebrado en el palacio presidencial de La Moneda, estuvieron algunas de las víctimas. Entre ellas estaba la senadora Fabiolla Campillai, quien perdió ambos ojos y el olfato como consecuencia de una bomba lacrimógena que le estalló en la cabeza cuando acudía a su trabajo. Campillai demandó al Estado antes de ser senadora pero el caso judicial aún no se ha resuelto.
Más de 400 personas sufrieron daños oculares debido a que la policía chilena utilizó perdigones y disparó al rostro de los manifestantes para contener las protestas.
“Me comprometo existencialmente a que esto no puede volver a suceder”, señaló Boric en el acto y destacó que la agenda es un paso “en el camino de justicia y reparación para las víctimas de violencia estatal”.
Hasta ahora las víctimas no han obtenido fallos judiciales favorables ni compensaciones económicas del Estado.
Durante el próximo año se incorporarán al programa otras víctimas del estallido, señaló el gobierno.
Las masivas protestas de octubre de 2019 se produjeron ante las exigencias de los chilenos por una vida más digna, que incluyese un mejor servicio de salud, educación, pensiones y acabar con la desigualdad en el país sudamericano. Sin embargo, las protestas fueron reprimidas con fuerza por la policía, lo que dejó un saldo de al menos 31 fallecidos y más de 3.800 heridos, de los cuales al menos 460 sufrieron lesiones oculares y dos quedaron ciegos. También hubo denuncias de violaciones, abusos sexuales y malos tratos en las cárceles.