Protesta en Argentina pide a agricultores vender granos
BUENOS AIRES (AP) — Cientos de personas se reunieron el sábado frente al Congreso argentino para solicitar al sector agropecuario que libere los granos que tienen almacenados y que podrían generar mayor flujo de dólares en el país, en un momento de escasez de liquidez en esta moneda —uno de los factores que ahoga la economía argentina.
La protesta, a cargo de organizaciones progobierno Barrios de Pie, tiene como origen la declaración del presidente peronista Alberto Fernández realizada entre semana en que denunciaba que el sector agropecuario, la principal fuente de divisas del país, retiene soja por el equivalente a 20.000 millones de dólares para forzar una devaluación del peso.
“BASTA DE ESPECULAR”, señala la organización en Twitter, asegurando que frente al Congreso se está llevando una jornada de “comedorazo abierto” (la organización se dedica a organizar ollas comunes para los más desfavorecidos) por la que se exige al campo que libere los granos “frente a la extorsión y especulación que están realizando”, publicó, junto a una foto de diversas mesas con manteles morados.
También se formaron con letras sueltas gigantes la frase “Primero la Patria” que se podía leer claramente en la visión aérea de la fotografía. Otras consignas de la manifestación fueron “el campo tuvo una cosecha récord pero retiene la liquidación y genera incertidumbre”, “dólares fugados”, “los dólares que faltan”, “liquiden los granos”, “basta de especular, primero la patria” junto a imágenes de instituciones gubernamentales y de granos de soja fueron dibujados en la pancarta.
“La ecuación es fácil”, explicó a The Associated Press Daniel Menéndez, coordinador general de Barrios de Pie y funcionario del ministerio de Desarrollo Social. “La Argentina no resiste” y aunque está bien buscar maximizar ganancias en el marco capitalista no puede haber una generación “de incremento de ganancias que se lleve puesto el ingreso de las trabajadores y trabajadoras”, afirmó, llamando al sector agropecuario a la reflexión.
Menéndez señaló que se trata de un proceso de desestabilización del gobierno para que llegue otro “más afín a sus intereses”.
Menéndez dijo que Argentina tiene un problema estructural en la economía que “depende de un sector generador de divisas como es el campo” y que este sector aprovecha esta situación para desestabilizar y extorsionar.
Las organizaciones y cientos de seguidores desistieron de realizar la protesta frente a la apertura de la Exposición Rural 2022 que abre hoy sus puertas y lo cambiaron por el Congreso argentino.
En el discurso de apertura, Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural, fue especialmente crítico con el gobierno al afirmar que trabar la exportación, cupos y el resto de las medidas “intervencionistas” del gobierno sólo generan una caída de la inversión de la producción sin beneficio para la llamada “mesa de los argentinos”.
El campo ha tenido que enfrentar medidas “nefastas” de los gobernantes, que atacan a la producción y perjudican al completo de la economía argentina, continuó.
La inflación “no se baja con controles de precios” sino eliminando el mal gasto del Estado, añadió Pino, quién rechazó que los agricultores fueran calificados de especuladores, cuando el rol de especulador, “lo tiene el Estado”, señaló categórico.
La intervención del gobierno, sumado a los problemas de la brecha cambiaría, añadió en su discurso el presidente de la Sociedad Rural, hace que se reduzcan los ingresos reales de los productores, que terminan cobrando “menos de la mitad” de lo que su producto vale internacionalmente.
La técnica de retener toneladas de soja usando la técnica de preservación de granos de las llamadas silobolsas ha proliferado en los últimos meses en la llamada Pampa Húmeda argentina, a unos 200 kilómetros de Buenos Aires, la región productiva más importante de Argentina, en momentos en que la guerra de Ucrania ha desatado un incremento de los precios de las materias primas.
A pesar de que la soja cotiza en valores históricos por encima de los 600 dólares debido a la guerra europea, los productores argentinos ganan una cuarta parte de su venta de lo que consiguen sus vecinos debido a la situación económica del país, marcada por una inflación desatada (60% en los últimos 12 meses) y la escasez de dólares.
Aunque Argentina es uno de los principales exportadores mundiales de soja y derivados del mundo, un granjero argentino vende la soja en promedio a 540 dólares la tonelada, a la que debe descontar entre 31 y 33% de impuestos. Sin embargo no recibe dólares sino el equivalente a pesos argentinos a la cotización oficial 138 pesos, menos de la mitad de lo que la moneda se cotiza en el mercado informal, donde el dólar blue se sitúa en 298 pesos y bordea la línea de los 300.
Los agricultores guardan la mercancía ante la incertidumbre y esperan que las condiciones mejoren.
Esta semana, el gobierno mejoró las condiciones para liquidar las cosechas a la espera de solucionar el problema. Esto es una semana marcada por los grandes cambios en el gabinete ministerial, con la designación del actual titular de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, como “superministro” con poderes ampliados para manejar la política económica.
Massa fue bien recibido por los mercados y se hará cargo también del sector agropecuario, donde también es visto con buenos ojos.