Nombramientos en Asamblea complicarían el camino a Lasso
QUITO (AP) — La Asamblea ecuatoriana eligió el jueves al primer y segundo vicepresidente de ese organismo, lo que dejó en evidencia una oposición más unida y fortalecida al gobierno del presidente Guillermo Lasso, a quien le quedan cerca de tres años para terminar su gestión.
La legisladora Marcela Holguín —del partido UNES, del expresidente Rafael Correa (2007-2017)— fue designada con 90 de 137 votos como primera vicepresidenta, mientras que su colega Darwin Pereira, del partido indígena Pachakutik, llegó a la segunda vicepresidencia con 94 sufragios.
Los vicepresidentes de la Asamblea forman parte del Consejo de Administración Legislativa, por donde pasan todas los proyectos de ley y pedidos dirigidos por los legisladores y desde el exterior, por ejemplo, desde el Ejecutivo. El gobierno tiene minoría en este organismo.
Los nuevos dignatarios de la Asamblea reemplazan en eso cargos a Iván Saquicela, quien asumió la presidencia de ese organismo ante la reciente destitución de Guadalupe Llori, y poco después de la entonces segunda vicepresidenta Yesenia Guamaní.
El analista político y catedrático de la Universidad de las Américas, Alejandro Zabala, dijo a The Associated Press que el panorama pinta complicado para Lasso. “Van a enjuiciar políticamente a sus ministros para que no tenga estabilidad sin respetar el orden en que se han presentado los pedidos para ello y van a entorpecer cualquier iniciativa o proyecto del ejecutivo”.
Añadió que esto implica “una mayoría absolutamente hostil para Lasso”, que tendrá que bregar muy duro buscando su “supervivencia política, aunque al régimen le queda un par de recursos: disolver la Asamblea y convocar nuevas elecciones generales, o llamar a una consulta popular para buscar formas de romper el cerco legislativo”.
En junio esos mismo partidos y otros de minoría estuvieron a punto de lograr la destitución de Lasso, acusándolo de grave conmoción interna debido a las movilizaciones de los indígenas que por casi tres semanas mantuvieron el caos en buena parte de este país en demanda de la reducción de precios de los combustibles y la fijación de precios de los productos agropecuarios.