Tiroteo en Uvalde: autor dejó rastro de señales inquietantes
El hombre armado que mató a 19 niños y dos maestras en una escuela primaria de Uvalde, Texas, dejó tantos indicios de que era violento y de que estaba obsesionado con la notoriedad que sus antiguos compañeros empezaron a llamarle el “pistolero escolar”.
Una vez fue objeto de acoso cuando era estudiante de cuarto grado en una de las mismas aulas donde ocurrió la masacre. Sus compañeros se burlaron de él por su tartamudeo, cabello corto y por usar la misma ropa casi todos los días, dijeron familiares a los investigadores.
En la planificación de la matanza del 24 de mayo, recopiló artículos sobre el tiroteo en un supermercado de Buffalo, Nueva York, y participó en un videojuego con un joven estudiante mientras le preguntaba sobre el horario escolar.
Un informe de investigación estatal que destacó la fallida respuesta de las fuerzas del orden al tiroteo en la escuela primaria Robb también incluyó los detalles más extensos hasta la fecha sobre los indicios de alerta no vistos y las posibles motivaciones que llevaron a que Salvador Ramos, de 18 años, abriera fuego ese día.
A pesar de muchas señales de advertencia, se las arregló para acumular legalmente más de 5.000 dólares en armas, municiones y equipo en las semanas previas a los asesinatos.
Apenas unos días antes del ataque, Ramos habló en las redes sociales de sus planes de hacer algo que “lo pondría en todas las noticias”. Escribió sobre su deseo de suicidarse, compartió videos en línea de decapitaciones y sexo violento, y envió imágenes de sí mismo conduciendo con “alguien que conoció en internet” sosteniendo una bolsa de plástico que contenía un gato muerto y apuntando a la gente con pistolas de balines desde la ventana de un auto.
“El atacante se centró en lograr notoriedad”, según el informe provisional publicado el domingo por un panel de investigación de la Cámara de Representantes de Texas. “Creía que sus canales en TikTok y YouTube tendrían éxito. La pequeña cantidad de visitas que recibió lo llevó a decirles a aquellos con quienes interactuaba que él era ‘famoso’ y que ellos, en comparación, eran meramente ‘aleatorios’”.
El informe de 77 páginas, que se basó en entrevistas con familiares, testimonios y datos del teléfono de Ramos, presenta un largo rastro de indicios inquietantes antes de la masacre, pero señaló que solo unos cuantos “particulares” se enteraron de las pistas y que no las reportaron a las autoridades. El informe también mostró que Ramos no tenía opiniones políticas o ideológicas conocidas que hubieran hecho que sus advertencias fueran más conocidas.