Guatemala: Muertes de 2 menores migrantes unen a comunidad
TZUCUBAL, Guatemala (AP) — Los habitantes de Tzucubal, la aldea guatemalteca de donde eran originarios Pascual Melvin Guachiac Sipac y Wilmer Tulul, de 13 y 14 años, quienes murieron asfixiados dentro de un tráiler en San Antonio, Texas, en su intento por migrar a Estados Unidos, se volcaron en apoyo a las familias de los adolescentes en medio del dolor.
El cadáver de Guachiac Sipac es el primero de los 21 correspondientes a migrantes guatemaltecos fallecidos en San Antonio en ser repatriado desde Estados Unidos. Su familia lo enterró el sábado y al final de la tarde de este mismo día llegará a Guatemala el cuerpo de Tulul. Ambos menores indígenas quichés eran primos y amigos desde niños.
Con una banda de música y globos blancos y negros, miles de personas de varias comunidades homenajearon al menor la noche del viernes en la misma escuela donde antes jugaba en sus horas de recreo y donde estudió su educación primaria y un año de básicos.
El sábado, cientos de personas llegaron a su casa a acompañar a su familia.
Mientras las mujeres cocinaban carne en salsa roja con arroz y papas y tamalitos de elote envueltos en hojas de plátano, los hombres escuchaban los discursos y mensajes que autoridades y religiosos dan a la familia.
En la comunidad, que vive en su mayoría de remesas y la agricultura con casas nuevas de dos pisos entre milpas de maíz que contrastan con las viejas construcciones de adobe, se organizaron para cada día, desde que se enteraron del fallecimiento del menor, acompañar a la familia y ayudarles a limpiar y cocinar. El sábado, un gran número de personas sirvió comida y limpió para que los dolientes pudiesen vivir su duelo.
Casimiro Guachiac, padre del menor fallecido contó a The Associated Press que se enteró de la muerte de su hijo estando en Estados Unidos. Un año antes, él había hecho el mismo viaje para migrar, incluso dentro de un tráiler, pero él sí llegó a salvo. Tras la muerte de su hijo decidió volver a Guatemala.
“Yo lo estaba esperando allá”, dice su padre conmocionado y cansado de velar durante la noche a su hijo.
Un amigo del padre del menor le preguntó si su hijo ya había llegado a su destino. Cuando él le respondió que no, éste le pidió que no se asustara, pero que había ocurrido una tragedia.
“Entonces empecé a llamarlo y no contestaba, empecé a investigar, a buscar en hospitales y cabal allí iba (en el tráiler)”, dijo.
El padre del menor contó que su hijo tenía muchos sueños y promesas hechas, como la de estudiar y trabajar, e incluso cuando ya tuviera recursos económicos aportar a la construcción de la iglesia evangélica en la comunidad.
“Yo le di estudio y hasta una maestra de música, me dijo: ¨si no me vas a ayudar papá me voy con otras personas, si no me das permiso yo no les voy a avisar, de repente vas a escuchar que ya estoy lejos¨ y eso era más triste”, dijo el hombre.
Un mes antes que su hijo se fuera a migrar, el padre que vivía en Michigan, trabajando en una tienda de abarrotes, se fue a vivir a Dallas, Texas, donde dice que hay más población de su comunidad. Planeaba que su hijo estudiara y tuviera amigos que hablaran su idioma y compartieran su identidad.
“Promesas que ya no se cumplieron”, dijo Guachiac.
El 27 de junio las autoridades estadounidenses fueron alertadas del hallazgo de un tráiler estacionado en una carretera de tierra en San Antonio que tenía personas fallecidas en su interior. En el lugar fueron localizados 46 migrantes muertos, mientras que otros siete fallecieron en hospitales de la zona.
En la tragedia también murieron 26 mexicanos y seis hondureños. Los restos de todos los mexicanos ya están en México. La repatriación de los hondureños todavía está pendiente.
El camión transportaba un total de 73 personas, hombres y mujeres de bajos ingresos que pagaron miles de dólares a traficantes para ingresar de forma irregular a Estados Unidos, donde aspiraban a una vida mejor. Hasta el momento, las autoridades estadounidenses han reportado la detención de cuatro personas: El chofer, de nacionalidad estadounidense, y otros tres hombres.