Trabajadoras sexuales protestan por extorsiones en Perú
LIMA (AP) — Dos decenas de trabajadoras sexuales y activistas por los derechos de la comunidad LGBT en Perú protestaron el jueves frente al local principal de la Fiscalía por la violencia que ejercen sobre ellas extorsionadores, los cuales les piden dinero a cambio de dejarlas laborar en las calles.
“Están matándonos y el Estado indolente no hace nada”, dijo a The Associated Press Angela Villón, presidenta de la asociación de trabajadoras sexuales de Perú. “Estoy denunciando que hay mafias que se están instalando y cobran cupos a vista y paciencia de la policía y las autoridades”.
Ninguna autoridad de la Fiscalía salió a atender a las manifestantes, que sostenían letreros en los que decían que, si contaran con derechos básicos, educación, salud, identidad y trabajo, no tendrían que exponer sus vidas en la prostitución. Las protestas de trabajadoras sexuales no son frecuentes en Perú.
La del jueves se llevó a cabo luego que en la víspera una mujer transgénero fue herida a tiros en una calle de Lima. Las activistas indicaron que la víctima es Sharon Silva, de 39 años, quien recibió impactos de bala en las piernas y cadera. Está internada en un hospital público de Lima.
“Le hemos pedido al Ministerio del Interior que forme una comisión especial para desactivar estas mafias, pero nada de eso ocurre”, dijo Villón, de 57 años, quien es trabajadora sexual, madre de cuatro hijos y se postuló al Parlamento en 2016 por un partido izquierdista pero no fue elegida.
La abogada Gahela Cari, activista por los derechos de las personas transgénero, dijo a la prensa que, según la ley peruana, la prostitución en Perú no es un delito, pero sí lo es el proxenetismo.
“Necesitamos que los tomadores de decisiones se pongan en el pellejo de las personas y que se pueda combatir las condiciones que obligan a las mujeres a ejercer la prostitución", manifestó.
Según el Observatorio de Derechos LGBT de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, las mujeres transgénero tienen un acceso casi nulo al empleo, por lo que la mayoría se dedica al trabajo sexual.
El reciente ataque a la trabajadora sexual no es el único. Villón dijo que varios casos simplemente no son registrados por el poco interés que las autoridades muestran en ellos.
A mediados de febrero dos mujeres ecuatorianas fueron asesinadas a tiros en una calle de Lima, y en marzo una colombiana también fue ejecutada en otra calle de la capital. La policía indicó que las víctimas eran trabajadoras sexuales.
Todos los casos, afirman las activistas, ocurrieron porque las víctimas se negaron a pagar dinero a grupos delincuenciales. “Necesitamos un Estado que nos defienda y que las muertes no queden impunes”, exigió Villón.
Un estudio realizado por el Ministerio de Salud en 2002 calculó que las trabajadoras sexuales suman 250.000 en todo Perú, pero las activistas creen que la cifra oficial es conservadora.
“Somos muchas más, pero somos invisibles para el país”, agregó Villón.