Cambio climático afecta a Bonnaroo, festival ecológico líder
MANCHESTER, Tennessee, EE.UU. (AP) — Desde su debut en una granja rural de Tennessee hace dos décadas, el Festival de Música y Artes de Bonnaroo se esforzó por ser uno de los festivales de música más ecológicos de Estados Unidos, invirtiendo en reciclaje, compostaje, energía solar y otras mejoras.
Pero el pasado agosto, Tennessee recibió el mayor aguacero en 24 horas jamás registrado en un estado no costero, lo que resultó en inundaciones repentinas que dejaron a 20 personas muertas. Las lluvias adicionales que quedaron del huracán Ida arrojaron más agua en el área en los días siguientes. Los campamentos de Bonnaroo estaban inundados y las carreteras intransitables, lo que obligó a los organizadores a cancelar el evento.
Expertos en clima dicen que festivales como Bonnaroo y eventos en vivo al aire libre similares son más vulnerables que nunca al clima extremo e impredecible. Prepararse para esos eventos sigue siendo un gran desafío.
Si bien el cambio climático provocado por el hombre solo ha afectado ligeramente el clima de Tennessee, los expertos predicen que el estado experimentará un calentamiento sin precedentes en este siglo. El aire más cálido contiene más agua y las lluvias intensas son una de las características del cambio climático.
Los organizadores de Bonnaroo han debido adaptarse al clima cambiante y los fenómenos extremos en los últimos años, pero las medidas sostenibles para reducir su huella e impacto ambiental siguen siendo una misión central desde que comenzó en 2002.
“Fuimos el primer festival en tener un panel solar permanente en el lugar y una plataforma de abono permanente”, dice Kelsey Dewald, del Bonnaroo Works Fund, el departamento del festival que mantiene varios programas comunitarios y sociales.
El festival de cuatro días se lleva a cabo en un sitio de más de 283 hectáreas (700 acres) con capacidad para 85.000 personas, muchas de las cuales viajan desde fuera del estado y acampan. Hay un servicio de transporte al festival desde Nashville, a poco más de 112 kilómetros (70 millas), para quienes no tienen vehículos, aunque la mayoría de los asistentes manejan.
“La realidad es que esta es una ciudad de un tamaño que no es insignificante”, dice Anna Borofsky, cofundadora de Clean Vibes, una empresa que gestiona los desechos en festivales y eventos en todo el país, incluido Bonnaroo. “Somos básicamente el departamento de obras públicas de una ciudad temporal”.
Mientras miles de fans escuchaban a estrellas como Stevie Nicks, J. Cole, Tool y The Chicks en el festival de este año, el equipo de “policías de la basura” de Borofsky escudriñaba montones de desechos malolientes y repugnantes, separando lo que se puede arrojar en las pilas gigantes de abono, lo que se puede reciclar, e incluso recogiendo las colillas más pequeñas.
Los desechos de alimentos que terminan en los vertederos emiten metano, un gas de efecto invernadero que contribuye a elevar las temperaturas.
El objetivo de Clean Vibes es mantener al menos el 50% de los desechos del festival fuera de los vertederos y, entre 2002 y 2019, se desviaron más de 4.000 toneladas de desechos y exceso de alimentos del festival. Los vendedores de comida están restringidos a platos y utensilios compostables o vasos reciclables y reutilizables. Los miembros del equipo de Clean Vibes se pararon junto a los contenedores para indicar a la gente dónde tirar las sobras.
Bonnaroo, propiedad de C3 Presents, es único en el sentido de que los organizadores del festival compraron las tierras de cultivo hace varios años e hicieron cambios permanentes en el sitio para mejorar la sostenibilidad y la eficiencia y hacerlo más adaptable al clima.
Después de las inundaciones del año pasado, ampliaron y pavimentaron algunos caminos y comenzaron a trabajar en el drenaje. También reubicaron algunos campamentos y estacionamientos.
“En 2021, la Madre Naturaleza proporcionó una cantidad de lluvia sin precedentes en la semana previa al festival, y el huracán llegó solo unas horas antes”, dijeron los organizadores en un comunicado. “La Granja generalmente no se inunda, pero cuando llueve mucho, puede tomar más tiempo drenarse o secarse. Dado su momento, el huracán creó una situación que no pudimos superar”.
Janey Camp, una profesora de investigación en ingeniería civil y ambiental de la Universidad Vanderbilt, dice que las lluvias más intensas y de corta duración pueden causar grandes problemas de inundaciones porque gran parte del centro de Tennessee tiene un lecho de roca caliza y un terreno montañoso.
“Estamos viendo estos eventos de precipitación más intensos y no se alinean con los datos históricos”, dice Camp, quien también es directora asociada del Centro de Ingeniería de Transporte y Resiliencia Operacional de Vanderbilt. “Y el Cuerpo de Ingenieros, FEMA y otros han estado trabajando para actualizar algunos de los mapas de inundación”.
Este año, el festival se mantuvo seco, pero recibió un calor extremo, con varios días de temperaturas máximas cercanas a los 37 grados centígrados (99 grados Fahrenheit) antes del festival. La Tennessee Valley Authority, la empresa federal de servicios públicos que presta servicios a Tennessee y partes de los seis estados circundantes, estableció dos récords de demanda de energía en junio, la misma semana de Bonnaroo.
En respuesta, TVA y las empresas de servicios públicos locales pidieron a los residentes que ahorraran energía, especialmente durante las horas pico del día.
Clean Vibes comenzó en el 2000, luego que Borofsky se diera cuenta de que podían agregar valor a un festival al hacerse cargo de la gestión de desechos de una manera respetuosa con el medio ambiente.
“Eso fue realmente impulsado por el consumidor”, dice Borofsky. “Para los patrocinadores de estos eventos, si no tenían la oportunidad de reciclar o, por supuesto, si el evento estaba desordenado, eso era un verdadero impedimento para ellos”.
Los campistas también son recompensados si se encargan de sus propios desechos. Jordan Alvernia, de Orlando, Florida, llevó una bolsa llena de materiales reciclables que recolectó en su campamento a un puesto comercial de Clean Vibes, donde obtuvo un cupón para comida gratis.
“No es solo por los incentivos, por supuesto”, dice Alvernia, quien viene desde hace tiempo a Bonnaroo y recolecta basura para obtener cupones y otras mercancías cada año. “Lo hago porque amo todo lo relativo a la Tierra”, afirma mostrando un tatuaje en su brazo que dice “Salvemos a los animales”.
Cerca, media docena de campistas estaban sentados y dormitando bajo el sol de la tarde mientras cargaban sus teléfonos celulares mediante un panel solar. En una cena de recaudación de fondos, los asistentes al festival recibieron una comida de cuatro platos de origen local preparada por chefs que utilizan una cocina con energía solar. Desde un escenario alimentado por energía solar, la música sonaba de fondo mientras los fanáticos devoraban verduras frescas en escabeche, sémola y pastel de crema y plátano.
Cuando se instaló el panel solar de Bonnaroo en 2013, se estimó que los paneles proporcionarían alrededor del 20% de la energía del festival. Y los paneles ayudan a alimentar la granja durante todo el año.
“Tener esa opción de estar menos en la red eléctrica es mejor para nosotros”, dice Dewald.
El Bonnaroo Works Fund también paga mejoras energéticas en viviendas de bajos ingresos en la ciudad de Manchester, donde se encuentra el festival. Los voluntarios van a los hogares de la gente y reemplazan bombillas y accesorios de tuberías, mejoran grifos y realizan otros proyectos de climatización.
Pero Tennessee necesita datos meteorológicos de mayor calidad para ayudar a prepararse para tormentas extremas y dañinas, sequías y calor, dice Andrew Joyner, el climatólogo del estado.
“Si tuviste 6 pulgadas (15,24 centímetros) durante un día, eso es mucha lluvia”, dice Joyner. “Si todas esas 6 pulgadas cayeron en una hora, los campamentos se inundarán. Vas a tener gente en peligro”.
Ese tipo de datos ayudaría a ciudades, condados, oficinas de gestión de emergencias y grandes eventos en vivo al aire libre como Bonnaroo, el CMA Fest en Nashville y carreras de NASCAR en Bristol, Tennessee, a planificar y reaccionar ante un clima imprevisible.
“Es difícil decir si Bonnaroo se verá más afectado en el futuro por inundaciones extremas”, dice Joyner. “Definitivamente, es vulnerable a eso. Creo que es algo que está bastante bien reconocido”.
Los festivales de música no pueden eliminar por completo su impacto en el medio ambiente. Pero a medida que Bonnaroo y otros ven el cambio climático a la vuelta de la esquina, los riesgos, y su respuesta, se han vuelto aún más importantes.
“Obviamente, lo que estamos haciendo en este evento único durante un fin de semana no está cambiando el mundo. No nos hacemos ilusiones al respecto”, dice Borofsky. “Pero demostrar que podemos proporcionar un sistema de desvío de desechos tan completo aquí, es evidencia de que se puede hacer a mayor escala y en otras aplicaciones”.
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En internet: https://www.bonnaroo.com/
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Kristin M. Hall está en Twitter como https://twitter.com/kmhall