Presión sobre Brasil tras desapariciones en la Amazonía
RÍO DE JANEIRO (AP) — Editores de noticias, legisladores estadounidenses, superastros del fútbol y celebridades de Hollywood instan a las autoridades brasileñas a intensificar la búsqueda del periodista británico Dom Phillips y el experto de asuntos indígenas Bruno Pereira, quienes desaparecieron en la Amazonía brasileña el fin de semana pasado.
Phillips y Pereira fueron vistos por última vez el domingo por la mañana en el Valle de Javari, el segundo territorio indígena más grande de Brasil, que se encuentra en un área aislada fronteriza con Perú y Colombia. Los dos hombres estaban en la comunidad de Sao Rafael y regresaban en bote a la cercana ciudad de Atalaia do Norte, pero nunca llegaron.
Líderes indígenas en la región, familiares y compañeros de Pereira y Phillips han manifestado su preocupación de que los esfuerzos de búsqueda de las autoridades sean insuficientes y carezcan de coordinación. Un creciente número de celebridades, políticos, grupos de la sociedad civil y organizaciones internacionales de noticias se han sumado a su exhorto, pidiendo que la Policía, el Ejército y la Marina redoblen las tareas de búsqueda.
El actor Mark Ruffalo pidió en Twitter una “respuesta internacional”, destacando el preocupante número de periodistas que están siendo “atacados, asesinados o desaparecidos”.
En Los Ángeles, donde el presidente brasileño Jair Bolsonaro y su homólogo estadounidense Joe Biden se reunirían más tarde el jueves, dos camiones estacionados en medio de una avenida mostraban mensajes junto con grandes ilustraciones de Phillips y Pereira. “AMENAZADOS. AHORA DESAPARECIDOS ¿DÓNDE ESTÁN DOM Y BRUNO?” decía uno de los mensajes.
Varios legisladores estadounidenses también recurrieron a Twitter para pedir acciones, entre ellos el senador Ed Markey, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, quien señaló el miércoles que “Brasil no debe retrasar un proceso sólido de búsqueda y de rendición de cuentas”. Otros incluyeron al congresista Raúl Grijalva, presidente de la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes, y al congresista Gregory Meeks, presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.
Encabezados por The Guardian y The Washington Post, donde Phillips trabajó como periodista independiente, los editores y organizaciones de noticias internacionales publicaron el jueves una carta conjunta dirigida a Bolsonaro, pidiéndole que “intensifique urgentemente y brinde todos los recursos necesarios para la búsqueda”. Entre los signatarios aparecen The New Yorker, The Associated Press, Channel 4 News de Gran Bretaña, The Financial Times, Agence France-Presse (AFP) de Francia, así como Reporteros sin Fronteras.
A principios de esta semana, Bolsonaro fue criticado tras describir el trabajo de los dos hombres en la Amazonía como una “aventura”.
“Realmente, solo dos personas en un bote en una región completamente salvaje como esa no es una aventura recomendable. Todo podría pasar. Puede ser un accidente, puede ser que los hayan matado”, dijo en una entrevista con la cadena de televisión SBT. “Esperamos y le pedimos a Dios que sean encontrados pronto. Las fuerzas armadas están trabajando duro”.
Phillips, de 57 años, ha informado desde Brasil desde hace más de una década y recientemente ha estado trabajando en un libro sobre la preservación de la Amazonía. Pereira ha trabajado durante mucho tiempo en el Valle de Javari para la Agencia de Asuntos Indígenas de Brasil. Supervisó su oficina regional y la coordinación de Grupos Indígenas Aislados antes de tomar una licencia para ayudar a los indígenas locales a defenderse de los pescadores ilegales y los cazadores furtivos.
Pereira había recibido amenazas por su trabajo desde hacía varios años.
El Valle de Javari tiene una de las poblaciones indígenas más grandes del mundo, con poco o ningún contacto con el mundo exterior.
A pesar de la feroz resistencia de la población local no indígena, el gobierno federal creó en 2001 el Territorio Indígena del Valle de Javari, con el objetivo de proteger un área del tamaño de Portugal. Históricamente, las comunidades no indígenas que se encontraban fuera de la tierra protegida recientemente establecida habían pescado dentro de ella y ya no se les permite. Desde entonces, las tensiones solamente han ido en aumento.
En la zona se han registrado tiroteos constantes entre cazadores, pescadores y agentes de seguridad oficiales. También es una ruta importante para la cocaína producida en el lado peruano de la frontera, que luego entra de contrabando a Brasil para abastecer a las ciudades del país o ser enviada a Europa.
Hasta ahora, las autoridades han escuchado a cinco testigos y han identificado a un sospechoso.