100 discursos en 100 días: Zelenskyy moviliza a Ucrania
Como dice el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, cuando Rusia invadió su país hace 100 días, nadie esperaba que sobreviviese al envite. Los líderes mundiales le aconsejaron marcharse.
“Pero ellos no nos conocían", dijo en un discurso nocturno en video en abril, cuando se cumplían 50 días desde el inicio de la guerra. “Y no sabían lo valientes que somos los ucranianos, cuánto valoramos la libertad”.
Podría haber estado hablando sobre sí mismo. Nadie sabía cómo respondería este hombre de 44 años que se había catapultado desde el mundo del entretenimiento a la presidencia a una invasión el gigantesco ejército ruso.
Su respuesta ha sido contundente, y muy pública. Zelenskyy ha liderado a su país en el establecimiento de una resistencia inesperadamente encarnizada. Cada noche llama a los ucranianos a la lucha con un discurso en video en las redes sociales. Hasta el momento ha hecho 100, uno por cada día de conflicto. Son recordatorios nocturnos de que no ha huido y de que Ucrania ha sobrevivido.
Su voz, entrenada para su rol de actor, puede ser tranquilizadora, un susurro profundo y confidencial mientras mira directamente a la cámara. O enérgica, elevándose por la indignación cuando condena las atrocidades rusas más recientes e insiste en que los responsables serán castigados.
Con el paso de los días y las semanas, en su rostro sin afeitar ha aparecido una barba oscura. Ha perdido su aspecto juvenil. Las ojeras tras las noches de insomnio mientras las tropas rusas avanzaban hacia la capital, Kiev, dejaron paso a una nueva determinación cuando la invasión se estancó.
Desde el inicio de la guerra se ha vestido con varias tonalidades de verde militar, y la mayoría de las veces ha comparecido con una sencilla camiseta. La impresión que da es clara: está recién salido de la lucha y a punto de regresar a ella.
Comunicador hábil e incansable, Zelenskyy ha intervenido por videoconferencia en Naciones Unidas, en el parlamento de Gran Bretaña, en el Congreso de Estados Unidos y en alrededor de dos docenas de parlamentos más en todo el mundo, además de en el Festival de Cine Cannes y en los Premios Grammy. Rara vez, o ninguna, un hombre sin corbata se ha dirigido a tantas personalidades. También ha concedido entrevistas a periodistas y llegó a realizar una conferencia de prensa en la seguridad del metro de Kiev.
Pero sus discursos nocturnos han sido su canal preferido para informar e inspirar a sus compatriotas.
Suele comenzar con un exuberante saludo a los ucranianos del estilo de “el pueblo libre de un país valiente” o “el pueblo invencible de nuestro gran país”. Pero siempre termina con un desafiante “Gloria a Ucrania”.
Habla de los líderes mundiales con los que ha tratado durante la jornada y de sus esfuerzos para conseguir que le manden más y mejores armas, para que impongan sanciones más restrictivas a Rusia.
Se refiere la rabia y dolor de sus conciudadanos por la devastación del país, por las incontables muertes. “Se me rompe el corazón con lo que Rusia le está haciendo a nuestro pueblo”, afirmó el 16 de marzo luego de que las bombas de Moscú mataron a cientos de personas que se refugiaban en un teatro en Mariúpol.
Reconoce su valentía y dice que no se cansa de agradecer a todos los que luchan por el futuro de Ucrania. Si el país no cayó en cuestión de días como esperaba Moscú, indicó el 14 de abril, fue porque millones de ucranianos “tomaron la decisión más importante de su vida: luchar”.
También ha intentado acercarse al público ruso, como el 1 de abril, cuando pasó del ucraniano al ruso para instar a sus vecinos a mantener a sus hijos alejados de la guerra.
“Aquí no necesitamos más muertos", afirmó. “Cuiden a sus hijos para que no se conviertan en villanos, no los manden al ejército. Hagan todo lo posible para mantenerlos con vida. En casa".
En su discurso del viernes, en el día 100 de la guerra, Zelenskyy dijo que muchas palabras y cifras están ahora asociados a la guerra, pero “hay tres palabras por las que, después de ocho años, llevamos 100 días luchando: ‘paz’, ‘victoria’, ‘Ucrania’. ¡Gloria a Ucrania!”.
Al justificar la invasión que comenzó el 24 de febrero, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que estaba salvando al país de los “drogadictos y neonazis” del gobierno de Zelenskyy. Desde entonces, ha ignorado los pedidos de su homólogo ucraniano para reunirse.
En junio de 2019, poco después de la elección de Zelenskyy, Putin fue preguntado por qué no había felicitado al nuevo líder. En una respuesta condescendiente, el líder ruso pareció infravalorar al actor convertido en presidente.
“Bueno, una cosa es interpretar a alguien y otra cosa es serlo", afirmó Putin. “Lo importante es tener el valor y el carácter para asumir la responsabilidad. Por ahora no ha demostrado ese carácter".
Durante 100 noches, ese carácter ha quedado patente para los ucranianos y para el mundo. Y también para Putin.