Tropas que se rinden en Mariúpol son prisioneros de guerra
KIEV, Ucrania (AP) — El destino de cientos de combatientes ucranianos que se rindieron tras resistir los ataques contra la planta siderúrgica de Mariúpol era incierto el jueves, en medio del temor internacional de que los rusos tomen represalias contra los prisioneros.
El Comité Internacional de la Cruz Roja recopiló información personal de cientos de los soldados —nombre, fecha de nacimiento, pariente más cercano— y los registró como prisioneros de guerra, dentro de su papel de garantizar que los prisioneros de guerra reciban un trato humano según los Convenios de Ginebra.
Amnistía Internacional dijo en un tuit que los soldados ucranianos son ahora prisioneros de guerra y, como tales, “no deben ser sometidos a ninguna forma de tortura o maltrato”.
Más de 1.700 defensores de la planta siderúrgica de Azovstal en Mariúpol se han rendido desde el lunes, informaron las autoridades rusas, en lo que parece ser la etapa final del asedio de casi tres meses a la ciudad portuaria, ahora pulverizada.
Al menos algunos de los combatientes fueron llevados por los rusos a una ex colonia penal en territorio controlado por los separatistas respaldados por Moscú. Otros fueron hospitalizados, según un funcionario separatista.
Pero un número no revelado permaneció en el laberinto de búnkeres y túneles de la planta.
En un breve mensaje de video, el subcomandante del Regimiento Azov, que dirigió la defensa de la acería, dijo que él y otros combatientes seguían adentro.
“Está en marcha una operación, cuyos detalles no voy a anunciar”, señaló Svyatoslav Palamar.
Mientras Ucrania expresaba su esperanza de que haya un intercambio de prisioneros, las autoridades rusas han amenazado con investigar a algunos de los combatientes de Azovstal por crímenes de guerra y llevarlos a juicio, llamándolos “nazis” y criminales.
El Kremlin ha aprovechado que el Regimiento Azov tiene orígenes ultraderechistas para justificar su invasión diciendo que es una batalla contra la influencia nazi en Ucrania.
Mientras tanto, en el primer juicio por crímenes de guerra efectuado por Ucrania, un soldado ruso capturado declaró que le disparó a un civil desarmado en la cabeza por orden de un oficial, y pidió perdón a la viuda de la víctima. El soldado se declaró culpable esta semana, pero los fiscales presentaron la evidencia en su contra de acuerdo con la legislación ucraniana.
Por otra parte, parece que está en camino más ayuda estadounidense para Ucrania luego de que el Senado aprobó por abrumadora mayoría un paquete de 40.000 millones de dólares de apoyo militar y económico para el país y sus aliados. La Cámara de Representantes votó a favor la semana pasada. Se tiene la certeza de que el presidente Joe Biden firmará el paquete rápidamente.
“La ayuda va en camino, una ayuda realmente significativa. Una ayuda que podría asegurar la victoria de los ucranianos”, dijo el líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer.
La toma de la planta siderúrgica de Azovstal le permitiría a Rusia reclamar el control total de Mariúpol y asegurar una victoria largamente buscada. Pero sería una victoria simbólica en gran medida en este momento, ya que de hecho la ciudad está en manos de Moscú y los analistas dicen que la mayoría de las fuerzas rusas que estaban combatiendo allí se han ido.
Las tropas de Kiev, reforzadas con armas occidentales, frustraron el objetivo inicial de Rusia de asaltar la capital, y han opuesto una fuerte resistencia a las fuerzas de Moscú en el Donbás, la región industrial del este que el presidente Vladimir Putin desea capturar.
El sorprendente éxito de los soldados ucranianos ha reforzado la confianza de Kiev.
Mykhailo Podolyak, un asesor del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy que participó en varias rondas de negociaciones con Rusia, manifestó en un tuit dirigido a Moscú: “No nos ofrezcan un cese del fuego: esto es imposible sin la retirada total de las tropas rusas”.
“Hasta que Rusia esté dispuesta a liberar totalmente los territorios ocupados, nuestro equipo negociador son las armas, las sanciones y el dinero”, escribió.
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McQuillan informó en Leópolis. Los periodistas de The Associated Press Yuras Karmanau en Leópolis, Andrea Rosa en Járkiv, y Aamer Madhani en Washington y otros periodistas de la AP en distintas partes del mundo contribuyeron a este despacho.