California: Firma acuerda pagar por derrame de crudo de 2015
LOS ÁNGELES (AP) — La firma a la que pertenece un oleoducto que derramó miles de barriles de crudo en playas del sur de California en 2015 ha aceptado pagar 230 millones de dólares para zanjar una demanda colectiva presentada por pescadores y propietarios costeros, según documentos judiciales.
Plains All American Pipeline, con sede en Houston, acordó pagar 184 millones de dólares a pescadores y procesadores de pescado así como 46 millones de dólares a propietarios costeros en el acuerdo alcanzado el viernes, de acuerdo con los documentos.
La compañía no aceptó su responsabilidad en el acuerdo, logrado después de siete años de disputas legales. El trato será sometido a un periodo de comentarios públicos y requiere ser aprobado por una corte federal. Una audiencia sobre el asunto está prevista para el 10 de junio.
“Este acuerdo debe servir de recordatorio de que la contaminación no puede ser simplemente un costo de hacer negocios y de que las corporaciones rendirán cuentas por el daño ambiental que causen", sostuvo Matthew Preusch, uno de los abogados de los demandantes.
Directivos de Plains All American Pipeline no han contestado de momento un mensaje de The Associated Press en busca de declaraciones sobre el caso.
El 19 de mayo de 2015 se registró una fuga de crudo en una tubería corroída al norte de Refugio State Beach, en el condado Santa Barbara, al noroeste de Los Ángeles. El petróleo se diseminó por las costas de los condados Santa Barbara, Ventura y Los Ángeles.
Este derrame fue el peor desde 1969 en costas de California, donde contaminó kilómetros de playas populares, causó perjuicios al turismo y la pesca, y mató o ensució a cientos de aves marinas, focas y otra fauna.
Según una investigación federal, se derramaron 465.605 litros (123.000 galones) de crudo, pero otros expertos en mecánica de líquidos calculan que fueron 2,38 millones de litros (630.000 galones).
Un grupo de inspectores federales encontró que Plains incurrió en varios errores prevenibles, no detectó rápidamente la ruptura del oleoducto y reaccionó con mucha lentitud mientras el crudo fluía hacia el océano.
Los inspectores determinaron que operadores de Plains que laboraban en una sala de control en Texas, a más de 1.600 kilómetros (1.000 millas) de distancia, apagaron una alarma que habría advertido de la fuga, y al no saber lo que estaba sucediendo, reactivaron la tubería afectada que había dejado de funcionar, lo que agravó la situación.