Fuego avanza en suroeste de EEUU; alerta en Nuevo México
Nuevo México enfrenta una temporada de incendios forestales larga y potencialmente devastadora, advirtió la gobernadora Michelle Lujan Grisham el sábado, al tiempo que las llamas causan destrucción en el suroeste del país y obligan a la población a desalojar sus hogares.
Cientos de estructuras se han perdido a causa de un número creciente de incendios avivados por los vientos en distintos puntos de Nuevo México azotados por la sequía, dijo Lujan Grisham el sábado.
Más de 20 incendios forestales activos ardían en al menos 16 de los 33 condados del estado luego de las ráfagas de viento de hasta 145 km/h (90 mph) registradas el viernes, indicó Lujan en una sesión informativa en línea. “Así que la mitad del estado lidia el fuego”.
Ante tal cantidad de incendios ardiendo en abril, mucho antes que el inicio normal de la temporada de incendios forestales en mayo o junio, “nuestra temporada de riesgo es increíble y peligrosamente prematura”, sostuvo Lujan Grisham.
Los incendios se han tornado en una amenaza de todo el año en el oeste de Estados Unidos debido a las condiciones cambiantes que incluyen un derretimiento temprano de nieve y lluvias tardías en otoño, de acuerdo con científicos. Los problemas se han exacerbado por décadas de contención de incendios y mala gestión junto con una megasequía de más de 20 años que los estudios vinculan con el cambio climático causada por los humanos.
Hasta el sábado, Nuevo México tuvo la mayor cantidad de incendios forestales importantes de todos los estados, aunque el vecino Arizona también enfrentó incendios extensos que incluyeron uno que arrasó con 30 casas cerca de Flagstaff el martes.
Los vientos y las temperaturas en Nuevo México disminuyeron el sábado, pero se mantuvieron lo suficientemente fuertes como para avivar las llamas y las autoridades estatales mantuvieron decenas de órdenes de evacuación.
Más de 200 estructuras han sido consumidas por el fuego, lamentó Lujan Grisham, sin ofrecer detalles sobre las ubicaciones ni la cantidad de viviendas incluidas en ese conteo.
Maggie Mulligan dijo el viernes que sus perros podían sentir el pánico cuando ella y su esposo los recogían, tristes por tener que dejar atrás a los caballos y huían de un incendio forestal que avanzaba rápidamente hacia su casa.
“No sabemos qué sigue”, dijo. “No sabemos si podemos volver a los caballos”.
Mulligan y su esposo, Bill Gombas, de 67 años, se encontraban entre los ansiosos residentes que rápidamente evacuaron sus hogares el viernes antes de los amenazantes incendios forestales avivados por condiciones secas de yesca y vientos feroces.
Más de una docena de incendios de tamaño considerable ardían en Arizona y Nuevo México, destruyendo docenas de hogares y hasta el sábado arrasando con más de 451 kilómetros cuadrados (174 millas cuadradas).
Los vientos que aullaban el viernes seguían siendo una preocupación el sábado en el norte de Nuevo México, donde dos incendios se fusionaron y cuadruplicaron en tamaño a un total de 171 kilómetros cuadrados (66 millas cuadradas) en montañas y praderas al noroeste de Las Vegas, Nuevo México.
Los incendios fusionados quemaron algunas estructuras, pero no había cifras disponibles, dijo el oficial de información de incendios Mike Johnson.
“Pudieron salvar algunas estructuras y sabemos que perdimos otras estructuras que no pudimos defender”, detalló.
Nubes de polvo arrastradas por el viento y columnas de humo oscurecieron los cielos cerca de los incendios, dijo Jesus Romero, subdirector del condado San Miguel.
“Toda la fealdad que trae la primavera en Nuevo México, eso es con lo que están lidiando”, subrayó.
Se estima que 500 hogares en San Miguel estaban en zonas rurales de los condados Mora y San Miguel cubiertos por órdenes de evacuación o avisos de advertencia, añadió Romero.
En otras partes de la región, el peligro de incendio en el área de Denver el viernes fue el más alto en más de una década, de acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional, debido a temperaturas inusuales en la década de 1980 combinadas con fuertes vientos y condiciones muy secas.
En Arizona, un incendio en el área de Flagstaff consumió 30 casas y numerosos edificios cuando las llamas arrasaron los vecindarios rurales el martes.