Retirada rusa revela destrucción mayor; Ucrania pide ayuda
CHERNÍHIV, Ucrania (AP) — Las tropas rusas dejaron atrás edificios derruidos, calles llenas de autos destruidos y residentes que necesitaban alimentos y diversa ayuda en una ciudad del norte de Ucrania, mientras Kiev pidió el jueves más ayuda a Occidente para detener la ofensiva de Moscú.
Decenas de personas hicieron fila para recibir alimentos, pañales y medicinas en una escuela destrozada que ahora sirve como punto de distribución de ayuda en Cherníhiv, que las fuerzas rusas asediaron durante semanas tratando de avanzar hacia el sur, hacia la capital. En la pizarra de un salón de clases está escrito con tiza: “Miércoles 23 de febrero-trabajo de clase”. Rusia invadió al día siguiente.
El ministro de Exteriores de Ucrania volvió a suplicar el jueves “armas, armas y armas” de la OTAN, y la alianza occidental accedió tras conocerse las atrocidades presuntamente cometidas por tropas rusas al retirarse de áreas alrededor de la capital de Ucrania.
Funcionarios ucranianos dijeron haber encontrado cientos de cuerpos de civiles, muchos tirados en la calle, en pueblos alrededor de Kiev. Periodistas de The Associated Press vieron a decenas en el suburbio de Bucha, algunos quemados, otros aparentemente con disparos a quemarropa o con las manos atadas.
El canciller ucraniano Dmytro Kuleba se conmovió al referirse a los horrores en la ciudad y el jueves les dijo a los periodistas en Bruselas que no podían entender “cómo se siente después de ver fotos de Bucha, hablar con personas que escaparon, saber que la persona que conoces fue violada cuatro días seguidos”.
Varios líderes ucranianos y occidentales atribuyen las masacres a soldados rusos. El semanario alemán Der Spiegel informó el jueves que la agencia de inteligencia extranjera de Alemania interceptó mensajes de radio entre soldados rusos que hablaban de los asesinatos de civiles en la ciudad. Rusia afirma sin pruebas que las escenas en Bucha son un montaje.
La invasión rusa, que ya cumplió seis semanas, no logró tomar la capital de Ucrania rápidamente y lograr —según los países occidentales— el objetivo inicial del presidente Vladimir Putin de derrocar al gobierno ucraniano. A raíz de ese fracaso y las grandes pérdidas, Rusia cambió su enfoque a Donbás, una región industrial mayoritariamente de habla rusa en el este de Ucrania.
Según los reportes, cada vez más tropas de Putin y mercenarios se han desplazado hacia Donbás, donde separatistas con apoyo ruso combaten desde hace ocho años contra tropas ucranianas y controlan dos zonas.
Antes de iniciar su invasión el 24 de febrero, Moscú reconoció las zonas de Luhansk y Donetsk como estados independientes.
La viceprimera ministra, Iryna Vereshchuk, instó a los civiles a marcharse a regiones más seguras antes de que fuera demasiado tarde.
“Más tarde, la gente se verá bajo el fuego y no podremos hacer nada por ayudarles”, advirtió.
Antes de esa nueva ofensiva, las fuerzas rusas se estaban retirando de varias áreas en el norte de Ucrania y se están trasladando a Bielorrusia o de regreso a Rusia para reagruparse. No está claro cuánto tiempo les tomará volver a desplegarse, y los funcionarios ucranianos han instado a las personas en el país a que se vayan antes de que se intensifiquen los combates. El Ministerio de Defensa de Gran Bretaña anunció el jueves que Rusia estaba apuntando a la “línea de control” en Donbás que separa las zonas en manos de Ucrania de las controladas por los separatistas prorrusos, con artillería y ataques aéreos.
Vereshchuk dijo que funcionarios ucranianos y rusos acordaron establecer rutas de evacuación civil el jueves desde varias áreas en Donbás. Pero más tarde, el jefe del sistema ferroviario nacional de Ucrania afirmó que los bombardeos rusos impidieron la evacuación de los residentes de algunas áreas del este. Oleksandr Kamyshin dijo en Telegram que el bombardeo bloqueó la única línea ferroviaria que va desde dos ciudades en la región de Donetsk de Donbás.
“La situación en Donbás se está calentando y entendemos que abril será bastante caluroso, por lo que aquellos que tengan la oportunidad de irse (mujeres, niños, ancianos) deben permanecer en un lugar seguro”, declaró Borys Filatov, alcalde de Dnipro, una ciudad que se encuentra justo al oeste de Donbás.
Incluso cuando Ucrania se preparaba para una nueva fase de la guerra, la retirada de Rusia trajo cierto alivio a Cherníhiv, que se encuentra cerca de la frontera norte de Ucrania con Bielorrusia y estuvo aislada durante semanas. Las tropas que partieron dejaron atrás edificios destruidos y residentes traumatizados.
Vladimir Tarasovets, un residente, describió las noches durante el asedio cuando vio la ciudad en llamas y escuchó los bombardeos.
“Fue muy duro, muy duro. Todas las noches había incendios, daba miedo mirar la ciudad. Por la noche, cuando estaba oscuro, no había luz, ni agua, ni gas, ni ningún servicio”, dijo. ”¿Cómo lo superamos? No tengo palabras para describir cómo nos las arreglamos”.
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Periodistas de The Associated Press de todo el mundo colaboraron con este despacho.