Merma población de grandes ciudades de EEUU durante pandemia
Por MIKE SCHNEIDER
Luego de volver a San Francisco tras jugar al fútbol americano a nivel universitario, Anthony Giusti se sintió descolocado. El costo de la vida era demasiado alto, impulsado por una constante transformación del sector tecnológico, y temió que jamás reuniría dinero suficiente como para comprarse una casa ni siquiera si conseguía dos trabajos.
Por ello empezó a contemplar otras posibilidades y optó por mudarse a Houston el año pasado.
“En Houston puedo abrir algún tipo de negocio. Vale la pena venir aquí”, dijo Giusti, quien trabaja por cuenta propia pintando pintar casas.
Giusti fue una de decenas de miles de personas que se fueron de ciudades grandes, densamente pobladas, y optaron por radicarse en ciudades del Sunbelt, como se denomina a urbes del sur del país con climas cálidos, en el primer año de la pandemia del COVID-19, de mediados del 2020 a mediados del 2021, de acuerdo con la Oficina del Censo.
La pandemia intensificó un patrón que ya se venía notando, en el cual la gente emigraba al sur y el oeste del país, acompañado de una desaceleración del crecimiento de las grandes ciudades.
Nueva York perdió casi 328.000 residentes en ese período, aunque también llegaron muchas personas del exterior y hubo más nacimientos que muertes.
Los Ángeles perdió más de 116.000 habitantes y Chicago más de 91.000. San José, Boston, Miami y Washington también perdieron miles de residentes.
La población de Dallas, en cambio, sumó más de 97.000 habitantes, Phoenix 78.000 y Houston 69.000.
“Texas tiene algo, un cierto romanticismo, con los vaqueros y todo eso”, declaró Giusti al explicar el atractivo de ese estado.
La Oficina del Censo determinó que las ciudades pequeñas, de no más de 50.000 residentes, también aumentaron su población tras años de verla disminuir. Algunos ejemplos son Kalispell (Montana), Jefferson (Georgia) y Bozeman (Montana).
El demógrafo William Frey opina que todo esto es un fenómeno pasajero, en el que incidieron la pandemia y el hecho de que la gente podía trabajar desde su casa.
“Tenemos uno de los niveles de inmigración más bajos en mucho tiempo y eso afecta ciudades grandes como Nueva York, Los Ángeles y Chicago. Pero eso va a cambiar y todo va a volver a la normalidad”, manifestó.
Entre mediados del 20 y mediados del 21 hubo un marcado aumento en la cantidad de muertos, que fue superior a la de los nacimientos en todo el país. En tres de cada cuatro condados del país hubo más decesos que nacimientos. Esa tendencia fue alimentada por la pandemia del COVID-19, por el hecho de que hay menos nacimientos y por una población cada vez más vieja.
“Hay más gente mayor y las tasas de nacimientos son bajas. Encima, llega el COVID, que afecta sobre todo a los ancianos, particularmente en zonas rurales sin acceso a una buena atención médica”, expresó Kenneth Johnson, demógrafo de la Universidad de New Hampshire. “Es como una tormenta perfecta que genera esta disminución natural” de la población.
Tampa perdió unos 10.000 residentes, pero llegaron más de 45.000 habitantes nuevos, gente como Jennifer Waldholtz, procedente de Atlanta junto con su marido.
“Queríamos volver a la Florida”, explicó. “Nos encanta el estilo de vida de la Florida. El sol, las palmeras, aunque no su política”.
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Mike Schneider está en https://twitter.com/MikeSchneiderAP.