Fallece la exsecretaria de Estado de EEUU Madeleine Albright
WASHINGTON (AP) — Madeleine Albright, una niña de Europa oriental que huyó de los nazis y ascendió para convertirse en la primera mujer secretaria de Estado y mentora de muchos estadistas de Estados Unidos, murió el miércoles de cáncer, informó su familia. Tenía 84 años.
Demócrata de toda la vida que trabajó para buscar puntos en común con los republicanos, Albright fue escogida en 1996 por el presidente Bill Clinton para que ocupara el máximo cargo de la diplomacia de Estados Unidos cuando era la embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, donde había sido apenas la segunda mujer en ocupar ese puesto.
Como secretaria de Estado, Albright fue en su momento la mujer de más alto rango en la historia del gobierno estadounidense. Sin embargo, no podía aspirar a la presidencia porque nació en lo que entonces era Checoslovaquia. De todas formas, fue admirada universalmente por haber roto una barrera de género, incluso por sus detractores políticos.
“Hemos perdido a una madre, abuela, hermana, tía y amiga amorosa”, señaló su familia en un comunicado.
El presidente Joe Biden ordenó que las banderas en la Casa Blanca y otros edificios y terrenos federales ondeen a media asta hasta el 27 de marzo.
Las condolencias no se hicieron esperar.
Biden dijo: “Estados Unidos no tenía a un paladín de la democracia y los derechos humanos más comprometido que la secretaria Albright, que conoció personalmente y escribió enérgicamente sobre los peligros de la autocracia”.
“Cuando piense en Madeleine”, dijo Biden, “siempre recordaré su fe ferviente en que ‘Estados Unidos es la nación indispensable’”.
El secretario de Estado Antony Blinken dijo que Albright era “una diplomática brillante, una líder visionaria, una pionera valiente, una mentora dedicada, y una persona magnífica y buena que amaba profundamente a Estados Unidos y dedicó su vida a servirlo”.
Clinton la describió como “una de las mejores secretarias de Estado, una embajadora ante la ONU sobresaliente, una profesora brillante y un ser humano extraordinario”.
“Debido a que conoció de primera mano que las decisiones políticas de Estados Unidos tenían el poder de hacer una diferencia en la vida de las personas del mundo, ella veía sus cargos tanto como una obligación como una oportunidad”, escribió Clinton. “Y a través de todo ello, incluso hasta nuestra última conversación hace apenas dos semanas, jamás perdió su gran sentido del humor ni su determinación para salir con las botas puestas y apoyar a Ucrania en su lucha para preservar la libertad y la democracia”.
El expresidente George W. Bush dijo que Albright “vivió el sueño estadounidense y ayudó a otros a lograr vivirlo… Se desempeñó con distinción como una ministra de relaciones exteriores nacida en el extranjero que entendía de primera mano la importancia de las sociedades libres para la paz en nuestro mundo”.
Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante la ONU, describió a Albright como una “precursora y una luminaria” en declaraciones ante la Asamblea General.
“La repercusión que ella tuvo en este edificio se siente cada día y prácticamente en cada pasillo”, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, que alguna vez fue coprofesor con Albright en una clase en la alma mater de él, la Escuela de Servicio Exterior de la Universidad de Georgetown, donde ella fue profesora durante décadas antes y después de su paso por el gobierno.
En 2012, el presidente Barack Obama confirió a Albright la Medalla de la Libertad, el más alto galardón civil de la nación, y señaló que su vida era una inspiración para todos los estadounidenses.
Albright siguió hablando con franqueza a través de los años. Tras dejar el cargo, censuró a Bush por utilizar “el choque de la fuerza” en lugar de alianzas para fomentar la diplomacia, y dijo que el mandatario había alejado a los gobernantes árabes moderados y creado la posibilidad de una peligrosa ruptura con los aliados europeos.
Como refugiada que vio los horrores tanto de la Alemania nazi como de la Cortina de Hierro, Albright no fue una pacifista y desempeñó un papel importante en apremiar al gobierno de Clinton para que participara militarmente en el conflicto de Kosovo.
Nacida en Praga bajo el nombre de Marie Jana Korbel el 15 de mayo de 1937, era hija del diplomático Joseph Korbel. La familia de Albright huyó de Checoslovaquia en 1939 luego de que los nazis se apoderaron del país, y pasó los años de la guerra en Londres. La familia era judía y se convirtió al catolicismo cuando ella tenía 5 años. Después del conflicto, al consolidar la Unión Soviética su control sobre amplias regiones de Europa oriental, su padre se llevó a la familia a Estados Unidos.
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El fallecido corresponsal de The Associated Press Barry Schweid contribuyó a este despacho.