Polémico aeropuerto de México inicia operaciones
CIUDAD DE MÉXICO (AP) — Al grito de “¡sí se pudo, sí se pudo!” de cientos de seguidores y mientras alzaba un puño, el presidente Andrés Manuel López Obrador celebró el lunes frente a las cámaras la inauguración del nuevo y polémico aeropuerto internacional de la Ciudad de México, una de sus cuatro obras emblemáticas y que no ha estado exenta de críticas.
Pasadas las seis de la mañana, despegó del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles un vuelo de Aeroméxico con destino al estado sureño de Tabasco, de donde es originario el mandatario. Ese vuelo marcó el arranque de las operaciones de la terminal aérea que construyó en menos de tres años el ejército en medio de cuestionamientos de opositores que rechazaron que López Obrador entregara a los militares esa obra así como otros grandes proyectos de su administración.
“Misión cumplida”, dijo el gobernante durante su conferencia matutina, que esta vez se realizó desde la nueva terminal, en la que aprovechó para cuestionar a algunos opositores y medios de comunicación que señalaron que la obra no se terminaría a tiempo.
A pesar de que algunos funcionarios adelantaron que aún faltan obras de conexión por terminar, López Obrador dijo que el aeropuerto está “al cien (por ciento)... completamente concluido, pueden bajar aviones las 24 horas, despegar y arribar las 24 horas con sistemas modernos”.
“Como soldado mexicano nada nos enorgullece más que poderle informar hoy, ante el pueblo de México, que dentro del presupuesto autorizado, el tiempo asignado, y con la calidad y el equipo requerido hemos cumplido con la misión”, dijo el general Gustavo Vallejo, comandante de los ingenieros militares que realizaron las obras.
La terminal fue construida en una base aérea del ejército y lleva el nombre del general Felipe Ángeles, que luchó junto a Pancho Villa en la revolución mexicana de 1910-1917 y luego fue ejecutado.
Durante la jornada operarán 20 vuelos de las aerolíneas locales Aeroméxico, Volaris y Viva Aerobus y de la estatal venezolana Conviasa, que fue sancionada hace dos años por Estados Unidos, más dos vuelos de carga y particulares de Estados Unidos, indicó el lunes el secretario de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval, quien agregó que se espera movilizar a 2.022 pasajeros.
El general Isidoro Pastor Román, director general del nuevo aeropuerto, informó que para el segundo semestre de este año se espera que comiencen los vuelos hacia Estados Unidos con Delta, Copa Airlines y otra empresa.
La ubicación del nuevo aeropuerto, a 43 kilómetros del centro de la ciudad, desató críticas de los opositores que afirmaron que los pasajeros enfrentarán dificultades para llegar debido al tráfico y las limitaciones del transporte público. Además se inauguró antes de que se completaran las conexiones viales y ferroviarias, y el gobierno ha anunciado que obligará a las aerolíneas que deseen programar nuevos vuelos a Ciudad de México a utilizarlo.
Para desafiar a sus adversarios López Obrador salió la madrugada desde el Palacio Nacional, en el centro de la ciudad, rumbo al nuevo aeropuerto para realizar allí la reunión de su gabinete de seguridad y su acostumbrada conferencia matutina. El gobernante dijo que el traslado tardó entre 35 y 38 minutos aunque admitió que por el feriado nacional de este lunes, por el natalicio del expresidente Benito Juárez, y la hora no había mucho tráfico en la capital.
La nueva terminal manejará sólo alrededor de 10 salidas y llegadas por día, en parte porque está muy lejos de la capital mexicana y los enlaces ferroviarios y las autopistas aún no se han completado.
López Obrador ve en el nuevo aeropuerto un símbolo de su batalla contra el privilegio y la ostentación. Al iniciar su gestión canceló un costoso proyecto vanguardista iniciado por su predecesor Enrique Peña Nieto (2012-2018) sobre un pantano en el extremo este de la ciudad, mucho más cerca del centro, y decidió construir la nueva terminal en suelo más firme hacia el norte.
Se proyecta que el nuevo aeropuerto —funcionará en conjunto con el que ya existe en la Ciudad de México.— costará 4.100 millones de dólares lo que, según el gobernante, representa un ahorro en comparación con el proyecto anterior. El subsecretario de Gobernación, Rabindranath Salazar, informó la semana pasada que la nueva terminal arrancará con dos obras de conexión pendientes de las seis previstas, que se espera que estén terminadas antes de que finalice el mandatado de López Obrador en 2024.
La terminal aérea es uno de los cuatro proyectos claves que el mandatario apuesta a terminar antes de que finalice su gobierno, que incluyen la refinería petrolera de Dos Bocas en Tabasco, el llamado “Tren Maya” en la Península de Yucatán, y un tren que une la costa del Golfo y los puertos marítimos del Pacífico.
López Obrador se asume como el líder de una “transformación” histórica e irreversible de México, y ha recurrido a grandes proyectos de construcción y al ejército para proteger ese legado.