Rusia exige que Mariúpol deponga armas; Ucrania lo rechaza
LEÓPOLIS, Ucrania (AP) — Rusia exigió el lunes que los ucranianos de la sitiada ciudad de Mariúpol depongan las armas a cambio de una vía segura para poder salir, pero Ucrania rechazó el ofrecimiento.
Horas antes, las autoridades ucranianas informaron que las fuerzas de Moscú bombardearon una escuela de arte en donde se resguardaban unas 400 personas.
El coronel general ruso Mijail Mizintsev dijo que autorizaría dos corredores para salir de la ciudad costera en el Mar de Azov, uno con dirección este en dirección a Rusia y otro hacia otras partes del oeste de Ucrania.
A los residentes de Mariúpol se les dio de plazo hasta las 5 de la mañana del lunes para responder a la oferta, que incluía ondear banderas blancas. Rusia no señaló qué acciones tomaría en caso de que su ofrecimiento fuera rechazado.
Sin embargo, la viceprimera ministra de Ucrania, Irina Vereshchuk, se negó a entregar la ciudad.
“No se puede hablar de ninguna rendición, deponer las armas. Ya le hemos informado esto a los rusos”, dijo al medio noticioso Ukrainian Pravda. “Les escribí: 'En lugar de perder el tiempo en escribir ocho páginas, simplemente abran el corredor”.
El alcalde de Mariúpol, Piotr Andryushchenko, también rechazó la oferta, diciendo en Facebook que no necesitaba esperar hasta la mañana para responder, y maldijo a los rusos, según la agencia noticiosa Interfax Ukraine.
El Ministerio de Defensa ruso advirtió también que las autoridades de Mariúpol podrían enfrentar un juicio militar si toman el bando de los que describió como “bandidos”, reportó la agencia noticiosa rusa RIA Novosti.
Los intentos previos por permitir la evacuación de civiles de Mariúpol y de otras ciudades ucranianas han fracasado o sólo han tenido éxito parcial, ya que los bombardeos han continuado mientras los residentes intentan escapar.
Horas antes el domingo, las autoridades ucranianas indicaron que las fuerzas armadas de Rusia bombardearon una escuela de arte en Mariúpol, y aquellos que lograron evacuar la devastada ciudad describían entre lágrimas que “hay batallas en cada calle” después de varias semanas de sitio.
En un discurso por video en las primeras horas del lunes, el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy dijo que había unos 400 civiles resguardándose en la escuela de arte al momento del ataque ruso.
“Se encuentran bajo los escombros, y no sabemos cuántos de ellos han sobrevivido”, declaró. “Pero sabemos que sin duda derribaremos al piloto que dejó caer esa bomba, como a los cerca de otros 100 asesinos en masa de ese estilo a los que ya hemos derribado”.
La caída de Mariúpol les permitiría a las tropas rusas que están en el sur unirse con las que se encuentran en el este de Ucrania. Pero analistas militares de Occidente dicen que, incluso si la ciudad fuese tomada, las tropas que avanzan manzana por manzana allí podrían encontrarse demasiado mermadas para ayudar a asegurar los avances rusos en otros frentes.
Después de tres semanas de invasión, gobiernos y analistas de Occidente perciben que el conflicto se está transformando en una guerra de desgaste, en la que las estancadas tropas rusas lanzan ataques con misiles de largo alcance contra ciudades e instalaciones militares mientras que Ucrania responde con ataques rápidos y enfocándose en afectar sus líneas de suministro.
Los ucranianos “no han recibido a los soldados rusos con ramos de flores”, dijo Zelenskyy a CNN, sino con “armas en sus manos”.
Moscú no puede esperar gobernar el país, dada la animosidad de los ucranianos hacia las tropas rusas, añadió.
El ataque a la escuela de arte fue la segunda ocasión en menos de una semana que las autoridades reportan un ataque contra un edificio público con civiles en su interior en Mariúpol. El miércoles, una bomba impactó un teatro en el que se cree que había más 1.000 civiles guarecidos.
No hubo reportes inmediatos de víctimas en el ataque a la escuela, el cual no pudo ser verificado de manera independiente por The Associated Press. Las autoridades ucranianas no han dado una actualización sobre las labores de búsqueda en el teatro desde el viernes, cuando dijeron que al menos 130 personas habían sido rescatadas y que otras 1.300 seguían bajo los escombros.
Las autoridades municipales y grupos de ayuda indicaron que hay escasez de alimentos, agua y electricidad en Mariúpol, y que los combates han impedido el ingreso de caravanas humanitarias. Las comunicaciones se han interrumpido.
El estratégico puerto ha sido bombardeado durante más de tres semanas y ha sido escenario de algunos de los peores horrores de la guerra. Según las autoridades de la ciudad, al menos 2.300 personas han muerto, y algunas de ellas han sido enterradas en fosas comunes.
Algunas personas que pudieron escapar de Mariúpol abrazaron llorando a familiares el domingo a su llegada en tren a Leópolis, a unos 1.100 kilómetros (680 millas) al oeste.
“Había batallas en cada calle. Cada casa se convirtió en un blanco", dijo Olga Nikitina, quien fue abrazada por su hermano al bajar del tren. “Los disparos destruyeron las ventanas. El apartamento estaba helado”.
Maryna Galla logró escapar por escaso margen junto con su hijo de 13 años. Contó que pasó tres semanas resguardándose en el sótano de un centro cultural con otras 250 personas sin agua, luz ni gas.
“Salimos de casa porque cayeron proyectiles de artillería en las casas al otro lado de la calle. No había techo. Había personas heridas”, contó Galla, y dijo que su madre, su padre y sus abuelos se quedaron en la ciudad y “ni siquiera saben que nos fuimos”.
Una resistencia ucraniana más firme de lo anticipado ha puesto fin a las esperanzas del presidente ruso Vladimir Putin de anotarse una rápida victoria después de que el 24 de febrero ordenó invadir a su vecino. En los últimos días, las tropas rusas han ingresado a Mariúpol. Pero tomar la ciudad podría salirles caro.
“Los combates manzana por manzana en Mariúpol le están costando a las fuerzas armadas rusas tiempo, iniciativa y poder de combate”, señaló el Institute for the Study of War, con sede en Washington.
En una evaluación contundente, ese centro de investigación concluyó que Rusia fracasó en su campaña inicial para tomar rápidamente Kiev y otras ciudades, y su invasión ha creado las condiciones para un estancamiento “muy violento y sangriento”.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, dijo que la resistencia ucraniana significa que las “fuerzas (de Putin) en el terreno están en esencia estancadas".
“El efecto ha sido que él ha llevado sus tropas a una trituradora de ramas", dijo Austin a CBS.
En las principales ciudades de Ucrania, cientos de hombres, mujeres y niños han muerto en ataques rusos.
En un discurso en video ante el parlamento de Israel, Zelenskyy exhortó el domingo a los legisladores a tomar medidas más contundentes contra Rusia, acusando a Putin de intentar llevar a cabo una “solución final” contra Ucrania. La Alemania nazi utilizó ese término para su genocidio de unos 6 millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
Zelenskyy, que es judío, también destacó que un misil ruso impactó Babi Yar, el lugar en Kiev donde los nazis masacraron a más de 30.000 judíos en 1941, y que ahora es el principal monumento en Ucrania en honor a las víctimas del Holocausto.
“Ustedes saben lo que significa este lugar, donde se enterró a las víctimas del Holocausto”, añadió el presidente.
Las Naciones Unidas han confirmado la muerte de 902 civiles en el conflicto, pero reconocen que probablemente la cifra real es mucho mayor. Dicen que casi 3,4 millones de personas han huido de Ucrania.
Los estimados de bajas rusas varían, pero incluso las cifras más conservadoras son de miles de soldados muertos.
Algunos rusos también han escapado de su país en medio de la represión generalizada contra los disidentes. Rusia ha arrestado a miles de personas que se han manifestado en contra de la guerra, ha silenciado a los medios de comunicación independientes y ha restringido el acceso a redes sociales como Facebook y Twitter.
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Periodistas de The Associated Press en todo el mundo contribuyeron a este despacho.