Líderes de protestas en Colombia buscan llegar al Congreso
BOGOTÁ (AP) — Jennifer Pedraza ha pasado mucho tiempo en las calles últimamente, liderando manifestaciones que le impidieron al gobierno colombiano subir los impuestos a la clase media y marchas que evitaron que el presidente Iván Duque cambiara las leyes laborales del país.
Ahora, la líder estudiantil se está postulando para un escaño en el Congreso de Colombia. Pedraza espera promover una legislación que aleje a Colombia de su modelo económico conservador, incluso un proyecto de ley que busca garantizar una matrícula gratuita en las universidades públicas y otra iniciativa para brindar un ingreso mensual garantizado a las familias de bajos ingresos.
“Marchar es muy importante para parar los planes de los gobiernos, pero no nos permite meter nuestros propios goles”, afirmó Pedraza, quien actualmente tiene 25 años y apenas cumple con la edad mínima requerida para postularse para el Congreso nacional. “Por eso es muy importante que estemos en el Congreso, para que sean nuestros proyectos los que marquen la agenda política”, agregó.
Colombia vivió las mayores protestas en décadas durante la primavera de 2021, cuando cientos de miles de personas salieron a las calles para marchar contra la desigualdad económica, la violencia policial y los planes del gobierno del país —falto de liquidez— de aumentar los impuestos sobre la renta a la clase media.
Hoy en día, algunos de los activistas que lideraron esas protestas se han presentado a las elecciones al Congreso, que se celebrarán el 13 de marzo, con la esperanza de tener un mayor impacto en la política colombiana, ya que la frustración con el establishment conservador parece empujar a muchos votantes hacia candidatos más liberales o bien fuera de los cauces institucionales.
Los activistas en la boleta electoral son populares en las redes sociales e incluyen a una joven directora de orquesta que durante las protestas organizó conciertos de música clásica en parques. También están un abogado que impidió que la policía presentara cargos penales contra decenas de manifestantes y un reportero que grabó las protestas con su teléfono celular y publicó cientos de videos de abuso policial en su página de Facebook.
Ellos han sido respaldados por partidos de la izquierda del espectro político que esperan atraer a los votantes jóvenes a las urnas y ganar suficientes escaños para cambiar el equilibrio de poder en el Congreso. Colombia también realizará elecciones presidenciales a finales de mayo.
Pero, para ganar un escaño en el Congreso, los recién llegados a la política como Pedraza deben competir contra rivales con mejor financiamiento y que trabajan con líderes comunitarios que son capaces de proveer transporte gratuito para llevar a los votantes a los lugares de votación, darles alimentos y, en ocasiones, sobornos ilegales a cambio de sus sufragios.
Los líderes de las protestas de Colombia, por otro lado, parecen ejecutar sus campañas con fondos mínimos y una estructura muy holgada.
“Trabajamos con puros voluntarios”, apuntó Pedraza, quien recientemente se graduó de la universidad, con un título en Economía. “Yo hasta le he dado mi tarjeta de crédito a mi equipo para que me pongan publicidad en Facebook”.
Incluso así, Pedraza espera lograr una sorpresiva victoria. Está motivada por los acontecimientos recientes en Chile, donde el congresista de izquierda de 35 años y exdirigente estudiantil Gabriel Boric ganó las elecciones presidenciales en diciembre.
“Chile era un ejemplo del modelo neoliberal”, recuerda. “Y ahora es diferente, porque se ha generado un movimiento muy fuerte en contra de las recomendaciones de la OCDE y el Banco Mundial. Los estudiantes allá no sólo se han quedado marchando, sino que transformaron esas movilizaciones en votos”.
En la actualidad, el Congreso de Colombia está dominado por seis partidos conservadores alineados con el presidente Iván Duque. Estos partidos ocupan el 65% de los escaños en el Senado y una porción similar en la Cámara de Representantes.
Según la Fundación Paz y Reconciliación, un centro de estudios en Bogotá, 70 escaños en el Congreso de Colombia —alrededor del 25% del total— están actualmente en manos de políticos investigados por corrupción, o de sus familiares. La mayoría de estos congresistas bajo investigación son miembros de partidos alineados con el gobierno.
“El Congreso es una caja hermética, cerrada, oscura, a la que no entra la luz”, afirmó Catherine Juvinao, una activista que dirige Trabajen Vagos, un sitio web que ha publicado listas de senadores que regularmente no asisten a los debates del Congreso y, por lo tanto, están infringiendo la ley. Juvinao se está postulando actualmente para el Congreso en nombre del Partido Verde.
El domingo, estarán en juego todos los escaños del Congreso, lo que le dará al Partido Verde y al izquierdista Pacto Histórico la oportunidad de socavar la mayoría que tienen los partidos conservadores.
El senador Gustavo Petro, quien lidera el partido Pacto Histórico, ha dicho en entrevistas que espera que su organización y sus aliados obtengan la mayoría en ambas cámaras del Congreso.
Petro también se postuló para presidente en mayo y actualmente tiene una ventaja de aproximadamente un 15% sobre su rival más cercano en las encuestas, pero un sondeo reciente de la firma Cifras y Conceptos muestra que el 65% de los entrevistados dijo que aún no ha decidido por quién votar, mientras que apenas el 14% se describió como simpatizante del Pacto Histórico.
Petro, quien peleó en un grupo guerrillero en la década de 1980, ha pasado problemas en ocasiones anteriores por convertir su popularidad personal en victorias para sus candidatos al Congreso.
“Los candidatos de los partidos tradicionales tienen un capital social fuerte y tienen más poderío económico”, particularmente en pueblos pequeños y zonas rurales, afirmó Esteban Salazar, investigador de la Fundación Paz y Reconciliación. “Tienen el apoyo de concejales, alcaldes y gobernadores” que ayudan a llevar votantes a las urnas.
De cualquier forma, Salazar espera que el movimiento de Petro y el Partido Verde aumenten su presencia en el Congreso en esta elección, y posiblemente obtengan el 45% de todos los escaños, porque los partidos tradicionales se han visto afectados por los escándalos de corrupción y la impopularidad del gobierno actual.
Petro ha prometido cancelar los contratos de exploración de petróleo si se convierte en presidente en un intento por hacer que el país sea menos dependiente de los combustibles fósiles. Ha propuesto aumentar los aranceles a la importación de alimentos que se pueden producir en Colombia y prometió recientemente en una entrevista que si llega a la presidencia declarará un “estado de emergencia económica” que le permitirá gobernar por decreto y pasar por encima del Congreso por hasta 90 días. Petro dijo que necesita hacerlo para que el gobierno compre alimentos de los agricultores para que aumente la producción agrícola local.
Pedraza dice que su partido, Dignidad, actualmente respalda a otro candidato presidencial que ha criticado las propuestas energéticas de Petro. La activista dijo que, si Petro llega a la ronda final de las elecciones presidenciales en junio, habrá “una discusión seria” sobre si hay que apoyarlo.
Susana Gómez, una directora de orquesta de 27 años que encabezó las protestas el año pasado en Medellín, dijo que respalda totalmente a Petro.
Gómez, cuyo nombre artístico es Susana Boreal, se hizo viral el año pasado en las redes sociales cuando surgieron videos de ella dirigiendo una orquesta de música clásica durante una manifestación en la segunda ciudad más grande de Colombia.
Comentó que varios partidos le pidieron que apareciera en sus listas para las elecciones al Congreso de este año. Se decidió por Pacto Histórico.
Como segunda candidata en la lista del partido para el estado de Antioquia, donde se encuentra Medellín, Gómez tiene buenas posibilidades de ganar un escaño el domingo, pero ella dijo que incluso si pierde, seguirá luchando por causas como más fondos gubernamentales para actividades culturales y reparaciones para las familias de los jóvenes asesinados por la policía durante las protestas.
“No sería capaz de darle la espalda a toda esta lucha”, aseguró Gómez. “Ahora que se me da la oportunidad de hacer algo que tiene incidencia, tengo que hacerlo”.