Argentina: fuego amenaza a refugio de vida silvestre
CORRIENTES, Argentina (AP) — Unas 800.000 hectáreas de la provincia de Corrientes en el noroeste de Argentina fueron arrasadas por los incendios que comenzaron a mediados de enero. La superficie afectada incluye a uno de los mayores humedales del planeta.
Según un informe de la filial provincial del estatal Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) difundido el viernes, se quemaron 785.238 hectáreas, las cuales representan el 9% de la superficie de la provincia.
El ritmo de progresión del fuego fue de casi 30.000 hectáreas diarias, estimó el organismo de acuerdo a imágenes satelitales.
Ante la magnitud del daño, el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdes, declaró a la provincia “zona de desastre ecológica y ambiental”.
“El cambio climático hoy está y nos está golpeando fuerte. Estamos usando todos los medios para tratar de sofocar los incendios y esperemos que la naturaleza pronto pueda compensar con lluvias lo que estamos pasando”, dijo Valdes en rueda de prensa.
El gobernador detalló que hay “17 focos de incendio” activos y que las pérdidas materiales se estiman en 20.000 millones de pesos (unos 200 millones de dólares).
El área más afectada corresponde a los humedales del Parque Nacional Iberá, un macrosistema de lagunas interconectadas por canales situada entre el río Paraná y el río Uruguay, limítrofe con Brasil. Este macrosistema alberga a una gran diversidad de especias de flora y fauna, muchas en peligro de extinción como yacaré overo, yacaré negro, anaconda amarilla o curiyú, pato crestudo, lobito de río y ciervo de los pantanos, entre otras.
En un video casero compartido por el ambientalista Luis Martínez se observa a un grupo de yacarés escapando del fuego por un camino de tierra, un símbolo del daño ecológico que está provocando el fuego.
La principal hipótesis es que los incendios se originaron en las quemas de pastizales para favorecer la actividad ganadera. La histórica sequía que afecta al país sudamericano permite la propagación del fuego y dificulta la tarea de los bomberos para extinguirlos.
“El origen de estos fuegos tiene que ver con la idea de ganar campo para las vacas. La ganadería se empujó a las áreas marginales que no están preparadas para el ganado, no tienen pasto y la gente insiste en prender fuego al estero, a los juncales, a los montes”, explicó a AP la bióloga y ambientalista Sofía Heinonen, de la fundación Rewilding Argentina, dedicada a revertir la extinción de especies y la degradación ambiental en el Iberá, entre otros ecosistemas.
“Ese manejo pastoril del fuego pone en riesgo a todas las áreas que son refugio para la biodiversidad, los últimos lugares donde podemos salvar la vida silvestre de la crisis. Se agrava todo con este cambio climático y estas temperaturas extremas”, agregó la experta.
Desde diciembre, Corrientes prohíbe las quemas en su territorio.
A pesar de la colaboración del gobierno nacional y de otras provincias con más de 2.600 brigadistas, aviones hidrantes, helicópteros y otros elementos, “la cantidad de focos de calor en los primeros 15 días de febrero fue incluso superior a todos los focos de calor detectados en enero, lo que explica el gran incremento en las superficies afectadas por quemas”, dijo el INTA.
Ante este panorama desalentador, el ministro nacional de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, adelantó que “para el lunes es posible la presencia de un frente de lluvias que se va a extender por algunos días en la zona de los incendios y eso podría ayudar, aunque no sabemos si va a alcanzar para extinguir o al menos circunscribir una parte de los focos que están activos en Corrientes”.