Japón valora aliviar controles fronterizos ante las críticas
TOKIO (AP) — Japón estaría considerando la posibilidad de suavizar sus estrictos controles fronterizos ante las crecientes críticas de que las medidas, que han impedido casi todas las entradas al país desde el extranjero, incluyendo por estudios o negocios, están perjudicando su economía y su perfil internacional.
“Tengo previsto estudiar la posibilidad de aliviar los controles fronterizos", dijo el primer ministro, Fumio Kishida, a reporteros el sábado.
Kishida no ofreció un calendario para hacerlo ni más detalles, y señaló que tomará una decisión basada en un evaluación científica de la variante ómicron del coronavirus, la tasa de contagio dentro y fuera de Japón y las medidas de cuarentena en otras naciones.
Actualmente, en la mayor parte del país hay restricciones para frenar la propagación del COVID-19, pero los contagios han mostrado pocos indicios de ralentizarse. En total, Japón reportó cerca de 100.000 nuevos casos en las últimas 24 horas, incluyendo 18.660 en la capital, Tokio.
Está previsto que las medidas fronterizas en vigor se mantengan hasta finales de febrero.
Japón se ha convertido en uno de los países de más dificil acceso del mundo, y los críticos lo comparan con la política de blindaje, o “sakoku”, de los señores de la guerra xenófobos que lo gobernaron entre los siglos XVII y XIX.
Las normas fronterizas actuales permiten únicamente la entrada de ciudadanos japoneses y de extranjeros con residencia permanente, y han provocado la ira de estudiantes y académicos foráneos que sostienen que son injustas, poco científicas y que obligan a los visitantes con talento a irse a otro sitio. Cientos de miles de ellos se han visto afectados, y los críticos dicen que las normas perjudican también su interés nacional.
Grupos empresariales locales y extranjeros también han mostrado su descontento alegando que el prolongado cierre de las fronteras ha afectado a las inversiones, a los acuerdos comerciales, al desarrollo de productos y a las entregas. Los expertos sostienen que esta política demora la recuperación económica.
Kishida presentó su plan tras visitar el aeropuerto internacional de Haneda, en Tokio, donde acudió a las zonas de cuarentena y a la zona de vacunación para los trabajadores de las aerolíneas.
El gobierno japonés está tratando de acelerar la aplicación de la dosis de refuerzo de la vacuna contra el COVID-19 tras las críticas recibidas por su tardía decisión de reducir el intervalo entre las dos primeras dosis y la tercera a seis meses, desde los ocho previstos inicialmente. Apenas un 8% de la población tiene la dosis de recuerdo, y Kishida ha fijado el objetivo de administrar un millón diario hasta final de mes.