Diatriba de Trump se hace eco de estereotipos racistas
NUEVA YORK (AP) — Ante un mar de rostros en un recinto ferial de Texas, la mayoría de ellos blancos, el expresidente Donald Trump bromeó sobre sus problemas legales y los culpó a fiscales maliciosos.
“Estos fiscales son personas viciosas y horribles. Son racistas y están muy enfermos, están mentalmente enfermos”, dijo Trump, antes de advertir a su audiencia: “En realidad, no me persiguen. Los persiguen a ustedes”.
Repitió su acusación de racismo, pero se saltó un detalle obvio: esos fiscales son negros.
Su diatriba dejó la clara impresión de que Trump, quien llevó la política del agravio de los blancos a la Casa Blanca, cree que es imposible que los funcionarios negros lo traten con justicia.
Los comentarios se asemejan a los mensajes racistas que han proliferado en los últimos años: que los negros y otras minorías están tomando el poder y que se vengarán de los blancos, o al menos tratarán a los blancos como han sido tratados.
Ese es uno de los temores que aviva el movimiento de supremacía blanca, la llamada “teoría del reemplazo blanco” de que las personas de color suplantarán a los blancos en la dinámica de poder y la estructura social del país.
“Estas son las mismas justificaciones que usan para las Leyes Jim Crow (aquellas que propugnaban la segregación racial) y su maltrato hacia los afro-estadounidenses. Así que esto es solo una repetición de lo que hemos visto en nuestro país”, dijo el fiscal de distrito Brian Middleton, del condado de Fort Bend, Texas.
El ataque de Trump a los fiscales no es nuevo. Cuando se investigan sus negocios y tratos políticos, a menudo contraataca con acusaciones de mala conducta y cacería de brujas.
El expresidente ha sido acusado durante mucho tiempo de albergar prejuicios raciales. Antes de las elecciones de 2016, Trump dijo que el juez federal Gonzalo Curiel lo “odiaba” porque era de herencia hispana y porque Trump prometió construir un muro entre Estados Unidos y México.
Y después de que las manifestaciones en 2017 de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, se tornaron violentas, Trump dijo en una conferencia de prensa que había “gente muy buena, en ambos lados”.
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Jill Colvin contribuyó a este despacho desde Conroe, Texas.