Libaneses, sirios tratan de sobrevivir al frío
BEIRUT (AP) — En medio de una tormenta de nieve en el Medio Oriente, muchos libaneses y sirios buscan cualquier recurso para sobrevivir, como quemar ropa vieja, plástico y en algunos casos estiércol de oveja para calentarse mientras cae la temperatura y sube la pobreza.
La tormenta, llamada “Hiba” en Líbano, comenzó el martes y se pronostica que alcanzará su pico el jueves. El derrumbe económico y la caída de la moneda del pequeño país sobre el Mediterráneo priva a muchas familias del poder adquisitivo necesario para comprar combustible de calefacción para sus hogares.
Para cientos de miles de refugiados sirios en Líbano y Jordania y otros desplazados por la guerra de Siria, el único refugio son carpas con escasa calefacción y solo cuentan con frazadas para abrigarse.
“La situación es muy, muy difícil”, dijo el activista social Baseem Atrash, en Arsal, una población cubierta de nieve en el noreste de Líbano, cerca de la frontera con Siria. En Arsal se encuentra una de las mayores concentraciones de refugiados sirios, unas 50.000 personas, la mayoría de las cuales viven en carpas endebles.
Atrash dijo que los refugiados sirios y algunos libaneses que han caído en la pobreza desde el colapso financiero de octubre de 2019 carecen de combustible diésel para los calefactores, en tanto los apagones constantes vuelven inútiles los calentadores eléctricos.
“Queman cualquier cosa en los calentadores, desde plástico hasta ropa vieja””, dijo Atrash. Semanas atrás, una mujer siria y sus tres hijos murieron mientras dormían al inhalar las emanaciones tóxicas del carbón que encendieron en su cuarto en una aldea del sur del Líbano.
Líbano, un país de 6 millones de habitantes, da refugio a 2,5 millones de sirios que huyeron de la guerra civil iniciada hace una década en su país. Naciones Unidas calcula que el 90% de los refugiados sirios viven en situación de pobreza extrema. Pero la crisis económica sin precedentes ha sumido en la pobreza a libaneses y sirios por igual. El aumento brusco del precio del combustible sumado al derrumbe de la moneda significa que muchos productos de primera necesidad están fuera del alcance del común de los libaneses.