Atacante de sinagoga en Texas no despertó señales de alarma
DALLAS (AP) — El hombre armado que tomó como rehenes a cuatro personas durante 10 horas en una sinagoga de Texas, en un enfrentamiento tenso que terminó con su muerte, había sido cotejado con las bases de datos de las fuerzas del orden antes de entrar en Estados Unidos, pero no despertó ninguna alarma, informó la Casa Blanca.
Malik Faisal Akram, un ciudadano británico de 44 años de edad, llegó hace aproximadamente dos semanas a Estados Unidos con visa de turista, a través del aeropuerto John F. Kennedy de la ciudad de Nueva York, dijeron funcionarios. Estuvo un tiempo en albergues de desamparados de la zona de Dallas antes del ataque ocurrido el sábado en la sinagoga de Colleyville, un suburbio de esa ciudad.
Al parecer Akram no estaba en la base de datos de sospechosos de terrorismo, un listado gestionado por el FBI y compartido con varias agencias federales, indicaron a The Associated Press dos fuentes policiales. Si hubiera estado en la lista, le habría sido extremadamente difícil entrar al país.
“Lo que entendemos —y obviamente seguimos investigándolo— es que él fue cotejado con las bases de datos del gobierno de Estados Unidos varias veces previo a su entrada al país, y el gobierno de Estados Unidos no tenía ninguna información negativa sobre él en nuestros sistemas en el momento en que entró al país”, declaró el martes la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.
“Por supuesto que estamos revisando... lo que ocurrió para aprender toda lección posible a fin de evitar ataques como este en el futuro”, añadió.
La prensa británica, incluyendo el diario The Guardian, reportó el martes que el servicio de inteligencia británico MI5 investigó a Akram como posible “amenaza terrorista” en 2020, pero que las autoridades determinaron que no presentaba peligro alguno y la investigación se cerró. El Departamento del Interior de Gran Bretaña de inmediato no ofreció reacción alguna a los reportes.
El caso ilustra las dificultades en identificar atacantes individuales, pese a las masivas iniciativas antiterroristas lanzadas por Estados Unidos desde los ataques de 11 de septiembre de 2001.
El suceso en Colleyville, una ciudad de unos 26.000 habitantes y a unos 48 kilómetros (30 millas) al noroeste de Dallas, concluyó una vez que salieron de la sinagoga todos los rehenes y de que un equipo SWAT del FBI irrumpió en el templo. Akram murió baleado, aunque las autoridades han declinado decir quién le disparó.
El presidente Joe Biden ha calificado el hecho como un acto de terrorismo.
El rabino Charlie Cytron-Walker, quien estaba entre los rehenes, dijo a la emisora CBS que le permitió a Akram entrar a la sinagoga Beth Israel porque Akram parecía necesitar albergue.
Añadió que Akram al principio no parecía ser sospechoso ni amenazante, pero luego, cuando estaba orando, escuchó el clic de una pistola.
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Balsamo y Tucker reportaron desde Washington. Los periodistas de The Associated Press Paul J. Weber y Acacia Coronado en Austin, Texas; Colleen Long en Washington, D.C.; Jamie Stengle en Dallas y Jill Lawless en Londres contribuyeron a este despacho.