Raducanu sigue ganando y aprendiendo
A estas alturas, hace dos años, Emma Raducanu participaba en la categoría juvenil del Abierto de Australia, y cayó en la primera ronda.
El año pasado, siguió la actividad en el Melbourne Park por la televisión, desde su casa en Inglaterra. La adolescente se había alejado temporalmente de la gira tenística, a fin de prepararse para sus exámenes de la secundaria.
¿Dónde estaba el martes? A sus 19 años, jugó en el primer torneo del Grand Slam en el año, como campeona vigente de un major, frente a una exmonarca en las grandes citas, disputando tres sets por primera vez en estos foros y llevándose la victoria.
Todo ha pasado con una velocidad vertiginosa para una joven que fue de las rondas de clasificación a la conquista del trofeo del US Open hace cuatro meses. Y aun así, Raducanu se considera a sí misma una obra inconclusa que requiere de mejorías en su juego.
Si desde fuera hay quien se muestre impaciente y exprese expectativas desmedidas, Raducanu parece entender más bien la importancia de ir paso a paso.
“Pienso que en 2022 lo importante para mí es el aprendizaje”, dijo Raducanu luego de vencer en la primera ronda de Australia 6-0, 2-6, 6-1 a Sloane Stephens, la campeona del Abierto de Estados Unidos en 2017. “Estar en esas situaciones donde, ya sabes, ganas un set y luego tienes que pelear en un duelo decisivo es definitivamente lo que se va acumulando en un banco de experiencia al que puedo recurrir después”.
Y hay que recordar: Raducanu jamás había ganado un encuentro dentro de la gira antes de llegar a la cuarta ronda de Wimbledon en julio. Dos meses después, en Nueva York, la británica se convirtió en la primera tenista procedente de la fase clasificatoria que terminó conquistando un major.
Y a sus 18 años fue la monarca más joven en un certamen del Grand Slam desde Maria Sharapova.
La jugadora a quien Raducanu venció en la final del US Open fue la canadiense Leylah Fernández, otra adolescente que dio la campanada. El martes, Fernández estuvo también en acción y cayó por 6-4, 6-2 ante Maddison Inglis, australiana que llegó al torneo con invitación y en el número 133 del ranking.
Al igual que Raducanu, Fernández no quiso dar demasiada importancia a un resultado.
“Fue uno de esos días”, comentó. “Ahora, lo importante es simplemente volver a la cancha de prácticas, ponerme lista para el siguiente torneo, el siguiente partido, y ver cómo salen las cosas en el próximo Grand Slam”.
Tener los pies en la tierra parece una actitud clave.
“Lo más difícil es cuando tratas de demostrar que eres lo suficientemente buena para estar donde estás o para mantenerte ahí”, dijo Stephens, quien tenía 19 años cuando llegó a su primera semifinal en un major y 24 cuando se apoderó del título en Nueva York.
“Yo estaba hablando con alguien en los vestuarios y le decía algo así como: ‘Seguiré acá cuando ella caiga'. No hablaba de Emma, sino en general", dijo Stephens. “Todo es como un ciclo, y pienso que aprender a lidiar desde muy pronto con esto es lo mejor, simplemente porque hay demasiados altibajos en el tenis”.
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El periodista de la AP, John Pye, contribuyó con este despacho desde Melbourne.
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Howard Fendrich está en Twitter como https://twitter.com/HowardFendrich