Falleció Ibrahim Boubacar Keita, expresidente de Mali
BAMAKO, Mali (AP) — Ibrahim Boubacar Keita, expresidente de Mali que ascendió al mando del país en unas históricas elecciones después de un desestabilizador golpe de estado y fue derrocado en otro golpe siete años después, falleció. Tenía 76 años de edad.
Keita, conocido en Mali por sus iniciales IBK, estaba en malas condiciones de salud tras su renuncia forzada en agosto del 2020 y había buscado atención médica en Dubái en los Emiratos Árabes Unidos poco después de ser liberado por los golpistas.
Su deceso la madrugada del domingo fue anunciado por la emisora estatal ORTM. Ocurre en momentos en que la nación africana enfrenta una grave crisis política. El líder golpista que derrocó a Keita no tiene planes inmediatos de retornar a la democracia, pese a las promesas iniciales.
Keita ganó las elecciones del 2013 en un intento por retornar a la democracia tras el golpe del 2012. Pero apenas siete años después, fue derrocado por otro alzamiento militar tras meses de protesta en su contra.
A Keita le faltaban tres años en su último período presidencial cuando soldados amotinados dispararon afuera de su residencia y lo detuvieron, en agosto del 2020. Horas después, Keita apareció por la televisión nacional anunciando su renuncia inmediata.
“No quiero que se derrame sangre para mantenerme en el poder. Es por ello que he decidido renunciar al cargo”, manifestó Keita en ese momento.
Varios países africanos impusieron sanciones económicas contra Mali luego que el coronel
Assimi Goita, líder del gobierno de transición indicó que no habrá elecciones antes del 2026, aunque inicialmente las había prometido para fines del mes entrante.
Durante el gobierno de Keita, decenas de miles de personas protestaron en su contra en las calles. A medida que aumentaba el descontento popular, Keita intentó hacer concesiones, incluso expresándose dispuesto a realizar nuevas elecciones. Pero las gestiones fueron rechazadas por la oposición, que exigía su salida del poder.
El apoyo a Keita también fue disminuyendo en medio de críticas al combate contra la insurgencia islámica, que se había adentrado al centro de Mali durante su gobierno. Una ola de mortíferos ataques en el norte en el 2019 llevó al gobierno a cerrar algunas posiciones suyas allí como parte de una reorganización a fin de limitar las pérdidas.