Djokovic enfrenta deportación tras cancelación de visa
MELBOURNE, Australia (AP) — Novak Djokovic enfrenta de nuevo el viernes una posible deportación luego que el gobierno de Australia revocó su visa por segunda vez, el último giro de una saga sobre la participación del serbio, primero en el escalafón mundial, en el Abierto de Australia a pesar de no estar vacunado contra el COVID-19.
El ministro de Inmigración, Alex Hawke, anunció que utilizó su facultad ministerial para cancelar la visa del serbio de 34 años por motivos de interés público a tres días del inicio del torneo, donde Djokovic ha ganado nueve de sus 20 torneos de Grand Slam.
Se espera que los abogados del número uno del mundo apelen la decisión ante la Corte Federal de Circuito y Familia, como ya hicieron con éxito la semana pasada tras la cancelación de su permiso de entrada en el aeropuerto de Melbourne.
Las deportaciones de Australia suelen acarrear la prohibición de regresar al país durante tres años, por lo que podría ser que Djokovic tenga 37 años la próxima vez que se le permita competir en el Abierto de Australia.
Hawke dijo que revocó el permiso por “motivos de salud y de buen orden, sobre la base de que era de interés público hacerlo”. En su comunicado, señaló que el gobierno del primer ministro Scott Morrison está "comprometido firmemente con la protección de las fronteras de Australia, especialmente en relación con la pandemia del COVID-19”.
Morrison y Hawke forman parte de un gobierno conservador que se enorgullece de mantener medidas duras en el control de la frontera.
Morrison se mostró complacido con la decisión y dijo que Australia ha registrado una de las tasas de muertes más bajas por COVID-19, una de las economías más sólidas y los índices de vacunación más elevados del mundo durante la pandemia.
“Esta pandemia ha sido increíblemente difícil para todos los australianos, pero nos hemos mantenido juntos y salvamos vidas y empleos... Los australianos han hecho muchos sacrificios durante esta pandemia y esperan, con razón, que se proteja el resultado de esos sacrificios”, señaló Morrison en un comunicado. “Esto es lo que hace que el ministro tome esta medida hoy”.
Todos los que participan en el Abierto de Australia —incluyendo jugadores, sus equipos y los espectadores— deben estar vacunados contra la enfermedad causada por el coronavirus. Djokovic no lo está y solicitó una exención médica alegando que tuvo COVID-19 en diciembre.
Todo este episodio ha herido sensibilidades en el país, y especialmente en el estado de Victoria, donde los residentes pasaron cientos de días confinados en la peor fase de la pandemia y hay una tasa de vacunación entre los adultos de más del 90%.
Australia sufre un importante repunte de los casos de coronavirus motivado por la nueva variante ómicron, que es más contagiosa. El viernes, las autoridades federales reportaron 130.000 nuevas infecciones, incluyendo casi 35.000 en Victoria. Aunque muchos de los pacientes no parecen enfermar tanto como con cepas anteriores, el rebrote está poniendo a prueba al sistema sanitario, con más de 4.400 personas ingresadas, y está alterando las cadenas de suministro.
Ese salvoconducto aprobado por el gobierno del estado de Victoria y Tennis Australia, el organizador del torneo, le permitió, al parecer, recibir una visa para viajar. Pero la Fuerza Fronteriza Australiana rechazó la dispensa y canceló el permiso a su llegada al aeropuerto de Melbourne el 5 de enero.
El serbio pasó cuatro noches en un hotel de detención de migrantes antes que un juez anulara la decisión el lunes. Ese fallo le permitía moverse libremente por todo el país y ha estado entrenando a diario en Melbourne Park para prepararse para disputar un torneo que ha ganado en los tres últimos años.
Djokovic ha tenido sesiones de entrenamiento diariamente desde que fue liberado, publicando una fotografía en las redes sociales la noche el lunes en que se ve a él mismo con su equipo en la Arena Rod Laver.
En su primer momento, su práctica del viernes estaba prevista para media tarde en la Arena Rod Laver, pero se adelantó a la jornada matinal y terminó varias horas antes de que Hawke anunciase su decisión a primera hora de la noche.
Con su situación legal en el limbo, Djokovic fue incluido en la llave del sorteo del jueves, programado para enfrentar a Miomir Kecmanovic en un choque entre serbios en la primera ronda.
Seguidores de Djokovic en Serbia se mostraron consternados el viernes al recibir la noticia.
El presidente serbio Aleksandar Vucic acusó al gobierno australiano de “acosar” y “maltratar” a Djokovic y preguntó si solamente intentaba sumar puntos políticos antes de las próximas elecciones.
En caso de ser deportado, es muy probable que Djokovic vuelva a Serbia, donde su saga a cautivado al público y donde cuenta con un estatus casi icónico y un apoyo incondicional.
El equipo legal del tenista tiene una tarea “extremadamente difícil” por delante para conseguir durante el fin de semana las órdenes judiciales que permitan que su cliente compita la próxima semana, dijo Kian Bone, un abogado experto en inmigración de Melbourne.
“Los resultados que Djokovic necesita para jugar sería extremadamente difícil obtenerlos durante el fin de semana", afirmó Bone, quien señaló que la demora de Hawke a la hora de tomar una decisión rozó lo punitivo.
“Si se retrasa más (...), creo que desde un punto de vista estratégico (Hawke) está obstaculizando realmente al equipo legal de Djokovic en términos de las opciones o remedios que podría obtener", señaló Bone horas antes del anuncio.
Los abogados tendrán de presentarse ante un juez de guardia de la Corte Federal de Circuito y Familia o un magistrado superior de la Corte Federal para obtener dos órdenes urgentes.
Una sería un requerimiento judicial para evitar su deportación, como el que consiguieron la semana pasada. La segunda haría que Hawke concediese una visa a Djokovic para competir.
“La segunda orden no tiene casi precedentes", dijo Bone. “Muy rara vez los tribunales ordenan a un miembro del gobierno ejecutivo que conceda una visa".
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McGuirk informó desde Canberra, Australia.