Vistazo al gobierno de 8 años del alcalde de NY
NUEVA YORK (AP) — Bill de Blasio llegó a la alcaldía de la ciudad de Nueva York hace ocho años con la promesa de una reestructuración liberal de la ciudad más grande del país que acabaría con las profundas desigualdades y reformaría las prácticas policiales.
Se anotó algunos éxitos, por ejemplo al cumplir con la promesa de ofrecer preescolar para todos y contener la táctica policial de detención y registro. Pero el legado de los dos periodos de De Blasio también incluye el deterioro de las relaciones tanto con la policía como con los defensores de las reformas policiales que lo llevaron al poder, el desacuerdo público con el exgobernador y errores que generaron en duros titulares en la prensa.
En los últimos días de su periodo, De Blasio está contemplando postularse para un puesto más elevado, una apuesta de que sus primeros logros y la forma en que dirigió a la ciudad de 8,8 millones de habitantes durante la pandemia serán recordados por los neoyorquinos sobre las fallas y conflictos, separados de la sustancia y estilo.
“Quiero que las personas recuerden que necesitábamos combatir la desigualdad y lo hicimos. Y puede lograrse”, dijo De Blasio durante una entrevista el martes con The Associated Press. “Logramos hacerlo de una manera muy tangible y real. Creo que eso abre la puerta para mucho más en el futuro, pero puede lograrse”.
El alcalde también reconoció que tuvo una relación tensa con la prensa y cometió errores en el camino, algo sobre lo cual ha reflexionado mucho últimamente.
“Creo que me pude haber comunicado mejor. Creo que pude haber comprendido mejor lo que la prensa necesitaba para hacer su trabajo”, dijo De Blasio. “Traté de hacer ajustes con el tiempo y es algo en lo que seguiré trabajando como un servicio público”.
Oficialmente entrega el mando el 1 de enero al alcalde electo Eric Adams, un demócrata y excapitán de la policía.
Los partidarios de De Blasio, e incluso algunos críticos, insinúan que sus logros no serán reconocidos hasta que los neoyorquinos tengan tiempo para extrañarlo.
“Creo que ha logrado cosas que se mantendrán durante generaciones y son tan importantes y no serán apreciadas hasta que deje de estar bajo el foco, fuera de la oficina, durante algunos años”, dijo Sid Davidoff, un partidario de De Blasio y asesor de varios exalcaldes.
Incluso el mismo De Blasio cree que su legado tardará en consolidarse. “Mucho de lo que hacíamos no era para el presente, era para el futuro”, comentó.
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VICTORIAS, LAMENTOS Y PIFIAS
Después de una victoria abrumadora en las elecciones de 2013, De Blasio se convirtió en el primer demócrata en dos décadas en fungir como alcalde de Nueva York, una metrópolis mayoritariamente demócrata que serviría como un laboratorio de políticas liberales, como el salario mínimo de 15 dólares la hora que logró implementar.
Su llegada marcó una divergencia de los años de Michael Bloomberg —el multimillonario exalcalde que empezó como republicano y terminó como independiente— quien promovió la ciudad como un producto lujoso y defendió la táctica policial de detención y registro.
La agenda progresista y el mensaje populista de De Blasio en ocasiones fueron ensombrecidos por errores para placer de la prensa, como la pifia culinaria en los primeros días de su mandato cuando se comió una rebanada de pizza con cuchillo y tenedor.
Otros tropiezos notables incluyen llegar tarde a un memorial para las víctimas de un accidente de avión y dejar caer una marmota durante una celebración del Día de la Marmota. El roedor murió una semana después.
El alcalde dijo que no le sorprendía que la prensa de la ciudad de Nueva York fuera dura y que los titulares fueran “coloridos”, como la reciente portada del New York Post en donde su fotografía fue alterada para que pareciera un Santa Claus con un gorro de Fidel Castro bajo el titular “Santanista Claus”.
“Me sorprendió la intensa cobertura de algunas cosas que creí que eran pequeñas en el esquema completo, pero que consumían mucho tiempo y energía”, dijo.
De Blasio logró una victoria en su primer año al expandir el preescolar público para todos los niños de 4 años en la ciudad. Se basó en eso y expandió el programa a más niños de 3 años con el plan de hacerlo general para el otoño de 2023.
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TENSIONES CON LA POLICÍA
Tuvo una relación complicada con la fuerza policial de la ciudad. De Blasio comenzó su mandato con la promesa de reformar la interacción del departamento con el público, y restringió la táctica del departamento de parar, cuestionar y registrar en masa a personas en su mayoría de raza negra y latina en la calle.
La forma en que manejó la muerte de 2014 de Eric Garner a manos de policías indignó a agentes y a muchos defensores de la reforma policial que trabajaron para elegir a De Blasio.
Criticó a los policías, pero en gran parte evitó cualquier sanción en el departamento hasta que concluyera una larga investigación federal de derechos civiles. Meses después, cuando un alterado hombre armado molesto por los hombres negros no identificados muertos a manos de policías baleó a muerte a dos policías del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD), el titular del principal sindicato policial de la ciudad dijo que el alcalde tenía “las manos manchadas de sangre” y los agentes le dieron la espalda mientras hablaba en los funerales de los policías.
L. Joy Williams, una estratega política y presidenta del grupo de derechos civiles NAACP de Brooklyn, dijo que De Blasio parecía abordar la confrontación con el NYPD “como una crisis política, más que una crisis humanitaria”.
Williams dijo que eso era frustrante y la coalición de grupos que presionaban para una reforma policial que ayudó a que De Blasio fuera elegido esperaba que fuera más enérgico contra los agentes y el sindicato.
“Esperábamos eso de él, porque eso fue lo que dijo que haría y no lo hizo”, comentó.
De Blasio reconoció la tensión con algunos líderes sindicales y algunos activistas de la reforma policial cuando dijo que no estaba de acuerdo con todos, pero cree que la mayoría de los neoyorquinos quieren algo en medio.